Investigando a JesúsMuestra

La entrada triunfal de Jesús en la ciudad de Jerusalén sobre un animal diseñado para el servicio cumplió una profecía.

Cuando Jesús estaba a solo unos días de ser crucificado, quería que Su mensaje fuera claro. Él era el Mesías, enviado por Dios para mostrarle a Israel y al resto del mundo cómo era realmente Dios. El reino de Dios había llegado y la gente necesitaba saber que Él era el Rey de este reino. Pero la gente también necesitaba saber que Él era un rey diferente. Era un rey que tenía poder, pero usaría ese poder por el bien de los demás.

Por ejemplo, cuando un rey "normal" comenzaría su reinado, comenzaría con algún tipo de entrada triunfal cuando fuera el momento adecuado... mostrando su poder. Pero Jesús no haría tal entrada. Su entrada triunfal, por así decirlo, se vería diferente.

En Lucas 19, Jesús les dice a Sus discípulos que vayan y consigan un burro pequeño, que ande lento y que nunca haya sido montado antes. Su entrada triunfal para dejar claro que era rey sería sobre un burro. No te equivoques, un burro es un animal fuerte, y se pensaba en un burro en mayor consideración que en la actualidad. En aquellos tiempos, cualquier animal que pudiera transportar personas o cosas era importante. Entonces, el hecho de que Jesús estuviera montando un burro no parecía una especie de broma.

Sin embargo, este burro en particular, un potro joven, aún no había sido entrenado para que alguien lo montara. Entonces, en ese sentido, fue impresionante que Jesús pudiera montarlo. Pero aun así, no era un semental. Era un animal destinado a cargar cosas. Estaba destinado al servicio. Era un animal pacífico. Para Jesús montar en un burro fue una demostración de humildad. Era perfecto: representaba el poder para ser usado para el servicio.

En las Escrituras Hebreas, el profeta Zacarías predijo al pueblo de Israel:

Mira, tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado en un burro, sobre un pollino, hijo de asna (Zacarías 9:9).

En esa profecía, vemos un notable contraste que describe a Jesús: justo y victorioso, pero también manso y humilde.

Como seguidores de Jesús, debemos buscar modelar nuestra vida de la misma manera. Cada vez que se nos otorga una posición de influencia, como padres, amigos, un puesto de trabajo, nuestro llamado es tomar esa posición y usarla para elevar a otros.

Casi al mismo tiempo que Lucas estaba escribiendo su Evangelio, el apóstol Pablo dijo esto en su carta a los filipenses:

En vuestras relaciones unos con otros, tened la misma mentalidad que Cristo Jesús: quien, siendo en la misma naturaleza Dios, no consideró la igualdad con Dios algo para ser usado en su propia ventaja; más bien, él mismo se hizo nada tomando la naturaleza misma de un sirviente (Filipenses 2:5–7).

“Padre Celestial, ayúdame a usar cualquier influencia que tenga para inspirar a las personas a seguir a Jesús, amén".

Lee los capítulos 21 y 22 de Lucas.