Investigando a JesúsMuestra

En la lectura de hoy, Lucas mostró a Jesús usando tres ilustraciones diferentes para comunicar algo importante.

A veces deseas tanto que alguien en tu vida entienda algo que piensas en varias formas diferentes de decírselo. Los expertos en marketing dicen que un mensaje debe repetirse varias veces (y de diferentes maneras) antes de que un cliente potencial se convierta en un cliente real.

En Lucas 15, vemos que este principio se desarrolla. Lucas ha agrupado tres de las parábolas de Jesús, y todas tienen un mensaje similar. Es la forma en que Lucas dice: “Oye, he investigado y documentado cuidadosamente lo que creo que la gente necesita saber sobre Jesús. Y hay un tema en particular en el que necesito concentrarme porque es muy importante”.

Las tres parábolas son acerca de una oveja perdida, una moneda perdida y un hijo perdido. Al final de cada parábola, Jesús da la conclusión. Escucha cuán similares son los puntos principales:

• Al final de la parábola de la oveja perdida, Jesús dijo: “Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse".
• Al final de la parábola de la moneda perdida: “Hay alegría delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente".
• Y, finalmente, al final de la parábola del hijo perdido: “Teníamos que celebrar y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado”.

Las tres parábolas son acerca de algo que se había ido—perdido. Pero luego fue encontrado. Se restableció una relación.

Un par de cosas se destacan. La conclusión principal con respecto a estas parábolas es que Dios está en el negocio de la restauración. Anhela que la gente venga a Él.

Pero fíjate en algo más. En las tres parábolas, hay una celebración. Una cosa es que la gente venga a Dios, o regrese a Dios... pero cuando eso sucede, es motivo de pausa. Cuando alguien que estaba lejos de Dios se acerca a Él por la obra de Jesús, ¡es digno de celebrar!

Que nunca nos cansemos de la obra de restauración de Dios. Cada vez que alguien comienza (o reanuda) su caminar con Dios, es nada menos que milagroso, y es una señal para nosotros de que Dios todavía está trabajando mucho.

“Padre Celestial, gracias por hacer posible que yo venga a ti y te llame Padre. Cuando vea que alguien comienza a caminar contigo, ayúdame a marcar esos momentos para recordar que todavía estás trabajando, amén".

Lee los capítulos 17 y 18 para prepararte para el siguiente día.