Investigando a JesúsMuestra

En una de las parábolas de Jesús, habló sobre los obstáculos para una fe próspera.

No es ningún secreto que Jesús hizo gran parte de Su enseñanza en forma de parábolas. Una parábola es una historia ficticia con una lección espiritual. Y, por lo general, cuando Jesús contó una parábola, no dijo explícitamente el significado exacto de la parábola. Correspondía al oyente descifrar lo que significaba. De hecho, como leemos en Lucas 8:10, Jesús les dijo a Sus discípulos que esa era la razón por la que enseñó tanto en parábolas.

Era una de las formas de saber si alguien estaba realmente interesado en las cosas de Dios. Si entendían la parábola, o si tenían la suficiente curiosidad como para tratar de encontrar el significado de la parábola, eso era un indicador de que alguien estaba tratando de dar el siguiente paso en su fe. Pero para aquellos que escuchaban parábolas y realmente no trataban de entenderlas, bueno, eso era un indicador de que tal vez no estuvieran interesados ​​en lo que Jesús estaba tratando de decirles acerca de Dios. Y para ilustrar ese punto, les dijo una parábola. ¡Así que sí, contó una parábola para explicar por qué contaba parábolas!

En esta parábola en particular (también en Lucas 8), escuchamos acerca de un agricultor que sembró (o plantó) semillas en varios lugares diferentes. Accidentalmente dejó caer algunas de las semillas en su sendero y los pájaros se las comieron. Algunos otros cayeron entre rocas y arbustos espinosos, y algunos brotes crecieron pero murieron bastante rápido. Algunos se colocaron en buena tierra. Como puedes adivinar, las semillas que terminaron en la buena tierra produjeron una cosecha mucho mejor que las semillas que cayeron en otros lugares. En cada situación, la semilla era la misma. Fue el entorno lo que marcó la diferencia.

Los discípulos le preguntaron qué significaba todo eso, y Él les dijo: "La semilla es la Palabra de Dios, o el mensaje de Dios, algo para señalar a las personas hacia Dios. Y hay momentos en que ese mensaje realmente no echa raíces en la vida de alguien, pero a veces lo hace. Y cuando lo hace, hay crecimiento, no solo un crecimiento inmediato, sino un crecimiento sostenido. Hay un cambio a largo plazo”.

Tal vez puedas relacionarte con lo que estaba hablando en esa parábola. Tal vez recuerdes una época en la que tu fe era una gran parte de tu vida. Pero ahora, si eres honesto, tal vez no lo sea. Y al igual que algunas de esas semillas fueron pisoteadas y comidas por pájaros o cayeron en rocas o espinas, los obstáculos se interpusieron en el camino para que tu relación con Dios no fuera una parte más grande e importante en tu vida. Si ese es el caso, ¿cuál es ese obstáculo? ¿Cómo se vería eliminarlo? ¿Todavía está allí? ¿Qué necesitarías para cavar en esa buena tierra y ver un crecimiento real que cambiará tu vida?

“Padre Celestial, dame el deseo y la fuerza para conocerte más. Quiero que mi fe en ti y mi amor por los que me rodean crezcan por el resto de mi vida, amén".

Lee el capítulo 9 de Lucas.