Misma, tenemos que hablarMuestra
Conoce tu identidad
La cultura popular, al referirse a la perspectiva desde la que vemos nuestra vida y circunstancias, comúnmente nos muestra la famosa ilustración del vaso con agua hasta la mitad, y nos lleva a preguntarnos si vemos el vaso medio vacío o medio lleno.
Lo triste es que, algunas de nosotras, tratando de cumplir con las expectativas de la religión, el empleo, la familia, las amistades y la sociedad, en muchas ocasiones, solo vemos el vaso de nuestra vida medio vacío, (por no decir, vacío del todo), y siempre nos encontramos en la necesidad de alcanzar u obtener para terminarlo de llenar. Nos convencemos de la mentira de que necesitamos hacer o tener para ser. Pero la realidad es que nuestra identidad, quienes en verdad somos, es más que una lista de deseos, sueños y metas.
Muchas de nosotras, desde niñas, hemos sido programadas por nuestra cultura, religión, crianza y familia, y necesitamos «desprogramarnos» para asimilar la realidad de que estamos completas en Dios y somos totalmente capaces. Esto es un proceso de mucha paciencia, evaluación y análisis. Pero es importante señalar que nuestra capacidad no surge de la autosuficiencia. Todo lo que soy, lo que pueda hacer u obtener es por la pura gracia y misericordia de Dios.
Entra en el proceso de desaprender y reaprender saludablemente, para vivir la plenitud de Cristo en tu vida. Es tiempo de descubrir que no eres lo que haces, mucho menos lo que tienes.; eres lo que Dios dijo de ti, y cómo trabajas tus pensamientos y emociones para ser tu mejor versión en el aquí y el ahora.
Misma, recuerda que…
Cuando valoras lo que tienes, con todo lo vivido y con lo que eres…
Cuando dominas las presiones sociales y apagas el miedo a perder relaciones que no son saludables…
Cuando el autocuidado es tu primera misión de vida y puedes definir la felicidad, a la luz de la verdad bíblica…
Es entonces cuando aprendes qué es identidad.
Ahora disfruta un momento entre Dios y “Misma”
—Padre Celestial, hoy te doy gracias por la oportunidad que me das de conocer el concepto bíblico de mi identidad. Gracias por Tu Palabra, que es la profecía más segura. Gracias por amarme con amor eterno y aceptarme tal como soy. Gracias por crear y diseñar mi vida de manera perfecta.
—Hija, cuando te diseñé, disfruté crear cada célula, vena y órgano de tu cuerpo, y diseñé tu cerebro para poder comunicarnos. Lo hice porque eres mi máxima creación, mi mejor diseño.
No escuches esa voz que quiere distraerte y alejarte de mí, ni siquiera tu voz interior que a veces te confunde. Yo te di identidad. Hija mía, eres tú. Tu nombre y apellidos están registrados en el cielo como lo que eres: hija de Dios. Nada ni nadie podrá cambiar mi voluntad y amor hacia ti. Te amé, te amo y te amaré.
Escrituras
Acerca de este Plan
El ritmo de nuestra vida corre de una manera tan acelerada, que, en muchas ocasiones, nos entregamos a todo y a todos, y nos olvidamos de “Misma”, esa mujer que tenemos dentro y con la que necesitamos detenernos a conversar. Con este plan de lectura tendrás la oportunidad de hacer una pausa para conocerte, amarte, valorarte y cuidarte, desde la perspectiva de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Dayna Monteagudo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.daynamonteagudo.com/