Las Siete Palabras De La CruzMuestra

UNA PALABRA DE GRACIA

Al profeta Isaías se le había permitido mirar siete siglos hacia el futuro. Vio en imágenes metafóricas el gran drama de la salvación que se desarrollaba ante él. Allí estaba el gran Siervo sufriente del Señor, representado como una oveja, indefensa a punto de ser sacrificada.

Y Jesús tuvo muy poco que decir a las tres audiencias “judiciales” que lo condenaron y nada en absoluto a los guardias y soldados que abusaron de él. Lo golpearon, le clavaron una corona de espinas en la cabeza y lo azotaron. Lo soportó mansamente. Incluso la crucifixión brutal no arrancó maldiciones, amenazas ni odio de sus labios. Pero los cuatro evangelios registran que habló siete veces en esas seis horribles horas.

Su primera declaración fue una palabra de gracia. “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.” (Lucas 23:33-34). En esas pocas palabras, Jesús resumió todo el propósito de su misión en la tierra: vino a traer el perdón de los pecados a las personas que están perdidas y desorientadas.

La cruz de Cristo no truncó su obra salvadora. Fue su obra salvadora. Allí se pagó íntegramente el precio de nuestro perdón. En la cruz encontrarás el perdón que necesitas para una vida feliz, una muerte pacífica y una resurrección jubilosa.