CÁNTICOS DE REFLEXIÓNMuestra

Salmo 134:1-3

Este es a un salmo breve, que no es para cualquier persona porque se refiere a los que sirven a Dios en el Templo, pero no es así. Se dirige a los guardias que protegían el templo y el énfasis se encuentra en los que estaban ahí de noche. La noche siempre es propicia para dormir y olvidar las tareas obligatorias a realizar.

Si se trata de trabajo siempre es más difícil hacer las cosas con gusto y de corazón por la noche. El día ya va cansando al trabajador y cuando llega la noche generalmente no hay tanta energía como por la mañana. El mandato es “alaben al Señor, todos sus siervos que trabajan por la noche en el templo" (.1). Siempre es un privilegio servir a Dios, ya sea de día o de noche, y a muchas personas Dios no les concede tal privilegio por no tener aptitud, actitud, o simplemente porque simplemente no es Su voluntad. Pero para quienes tienen el privilegio de trabajar en el templo no deben hacerlo por mera rutina o por costumbre, sino de corazón y con entusiasmo. El Salmo 5:7 nos motiva: “Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo en tu temor”.

“Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová” (v.2). Muchos pueden argumentar que si ya están en el santuario no es necesario alzar las manos pero el acto de levantar las manos es sacrificial y demuestra honra hacia Dios. Una acción de alabar a Dios en dónde Él está, reverenciándole, honrándole mediante la calidad del trabajo y la actitud de servicio que cumple.

“Desde Sion te bendiga Jehová, el cual ha hecho los cielos y la tierra”(v.3). Es notable descubrir un gran secreto que refleja el texto. El salmista pide que Dios bendiga desde Sión, cuando el santuario de Dios es el infinito y Él puede bendecir desde cualquier lugar porque es Dios y está en todo lugar y Él no tiene ni espacio ni límites. Porque los cielos de los cielos no pueden contenerle (1 Re 8:27) y por su Omnipresencia podemos recurrir a Él desde cualquier parte de nuestro mundo. Entonces, cabe preguntarnos, ¿por qué el salmista dice que desde Sión sea la bendición? ¿Por qué no desde cualquier parte del mundo o del universo?

La idea es que la bendición del Dios de toda la creación fluye desde Sión a cada uno de Su pueblo dondequiera que esté. El pueblo iba a Sión en peregrinación para bendecir al Señor, cantando los cánticos de los Salmos 120-134. Los Cánticos graduales terminan con la idea de que la bendición de Dios era con cada uno de ellos desde Sión. La bendición no permanece en Jerusalén, sino que fluye desde allí.

Reflexionemos

La bendición de Dios nos llega no solo como comunidad, sino también como individuos y es por eso por lo que el salmista la escribe en forma singular: "Desde Sión te bendiga Jehová", Dios nos ama y nos bendice a cada uno. “Sión no puede bendecirnos; los ministros más santos solo pueden desearnos una bendición; pero Jehová puede bendecir y bendecirá a cada uno de los que esperan”. El salmista entendía que el poder y la influencia de Dios no se limitaban a Jerusalén. Él podía bendecir en Sión y desde Sión.

Entonces, la idea es que, si bendecimos a Dios en nuestra adoración, como debemos, entonces Dios también nos bendecirá abundantemente en nuestra vida diaria. Este debería ser el único objetivo final de cualquier cristiano: Bendecir a Dios y ser bendecido por Él.