CÁNTICOS DE REFLEXIÓNMuestra
Salmo 133:1-3
A causa de mis viajes ministeriales, me ha tocado la oportunidad de estar en diferentes ciudades, países y visitar muchas iglesias. Esos momentos han sido siempre de edificación a mi vida porque he sido muy privilegiada en predicar la Palabra de Dios y me regocijo también en poder estar en iglesias cristianas donde el amor fraternal y la hospitalidad se siente en cada una de ellas.
No todas las iglesias, lamentablemente, brindan esa experiencia grata de comunión entre hermanos y la hospitalidad con sus visitantes. Sí me ha tocado, en muy pocas de mis visitas, encontrarme con iglesias dónde no he sentido ese ambiente amigable y hospitalario; y no necesariamente esto quiere decir que no lo tengan, solamente que yo no lo experimenté.
Para quienes conviven semanalmente en las iglesias, y más para los visitantes, el poder hallar armonía, hospitalidad y amor fraterno sincero es de gran valor para la comunión y edificación.
David nos recuerda que es bueno y delicioso cohabitar entre hermanos que comparten “juntos en armonía” (Sal 133:1). Trae mucha bendición el poder estar en un grupo que comparten juntos en hermandad fraterna. El óleo derramado es símbolo de bendición espiritual mientras que el rocío representa lo refrescante que es para el alma estar en medio de tal amor (Sal 133:2-3).
Una iglesia es muy atractiva cuando se experimenta este amor fraterno. La iglesia en Jerusalén, en el tiempo de los apóstoles, perseveraban no solamente en la buena enseñanza, sino también en “la comunión unos con otros” (Hch 2:42). Permanecían juntos como un solo cuerpo de creyentes, ayudándose y edificándose mutuamente, alabando juntos a Dios (Hch 2:44-47).
Reflexionemos
Uno de los deberes cristianos descritos en la Biblia es la hospitalidad (Ro 12:13). También la Biblia nos recuerda que un día llegaron algunos a hospedar con agrado inclusive ángeles, sin saberlo (He 13:2). La hospitalidad sobre todo es parte de quienes lideran en una iglesia (1 Ti 3:2), pero no debe ser exclusiva solamente de ellos.
Jesucristo expresó que nuestro amor de unos a los otros es una marca que registra nuestro sincero caminar como seguidores de Él (Jn 13:34, 35).
Debemos perseverar en el amor y en la hospitalidad, no solamente con quienes nos visitan, sino entre nosotros mismos, pues esto bendice a otros y trae gran bendición a nuestras vidas. Unidad y armonía son responsabilidad de toda la iglesia y no se limita al pastor o a los líderes, sino que comienza contigo mismo.
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).
Escrituras
Acerca de este Plan
¿A quién no le gusta entonar una canción? Ya sea, en el auto, la ducha, mientras realizas tus quehaceres y demás, la música es parte de nuestro diario vivir. Sin embargo, hay una gran diferencia entre entonar alabanzas y reflexionar en ellas. El salmista David sí que entonó alabanzas a todas horas y en toda circunstancia. La pastora Glenda Liz Amador nos invita a reflexionar en veintiuno de sus Salmos; cánticos de reflexión plasmados en las Sagradas Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/