CÁNTICOS DE REFLEXIÓNMuestra
Salmo 93:1-5
En un magnífico cántico sobre la grandeza y la majestad de Dios, el Salmo 93 nos llena de una confianza increíble por el poder que está actuando en nuestro favor a través del Todopoderoso. Sin duda alguna, la majestad y el poder de Dios son incomparables. De hecho, el salmista refleja que todos Sus estatutos son dignos de confianza porque el Señor es santo y cumple Sus promesas.
Una de las cosas más impresionantes que podemos notar en este Salmo es que, desde la fundación del mundo, Dios, demostró ser más poderoso que cualquier otra fuerza anárquica, rebelde o diferente que haya decidido amenazar Su reino. Esto nos da una verdad incomparable y una seguridad tremenda de que si Él está con nosotros quién podrá contra nosotros.
Algo de suma importancia histórica con respecto a este Salmo es que algunos estudiosos judíos posicionan su data histórica durante el gobierno de Nabucodonosor. Cuando los judíos fueron esparcidos por las naciones y Dios parecía haber interrumpido Su reino. La afirmación del salmista sobre que “Dios reina” indica que nunca dejó de ser Rey, que siempre estuvo dispuesto a volverse a Su pueblo si ellos se volvían a Él, que Su trono no dejó de existir y que Él no dejó de reinar simplemente porque las circunstancias no favorecieron a Su pueblo.
Los primeros versículos (vv.1-2), indican en primera estancia que Dios se ciñe de fuerza y con esto afirma el mundo. Esto quiere decir que todo el mundo está totalmente firme tomado por Su mano, que está seguro, que no va a tambalearse, ni va a desaparecer de un momento a otro. Esto ofrece una seguridad superior, debido a que los reyes terrenales son inestables, egocéntricos y usualmente piden que sus súbditos le sirvan y punto.
La descripción sobre la grandeza de Dios expresada en el Salmo 93, indica una fuerza desmedida y que no se puede entender fácilmente. La verdad es que esto señala grandes diferencias entre los reinados de los seres humanos y el reinado Todopoderoso y eterno del Dios Altísimo.
Los siguientes versos (vv. 3-5) parecen indicar todas las vicisitudes y obstáculos que se pueden encontrar en este mundo en similitud con mar abierto y con tormentas. El salmista indica que, aunque se levanten las aguas con estruendo y nada luzca más poderoso y letal que el océano enojado, el Señor siempre se muestra más poderoso que todos estos problemas.
En la antigüedad los pescadores se introducían en mar abierto y no había un problema más grande que tener que luchar con una tormenta en alta mar. Una de las cosas más aterradoras era escuchar el estruendo de las muchas aguas, el terror que podía representar sentir los embates del mar y el batir de las olas.
Sin embargo, el salmista refleja que el Señor es más poderoso que todos ellos. Y no solo que es poderoso, sino que muestra Su poder y esto le hace digno de confianza. Porque usa Su poder en favor de quienes le aman y cumple Sus promesas a todos aquellos que se santifican para Él.
Reflexionemos
Sin duda alguna, se trata de un Salmo de confianza. Si bien la imagen de un Dios poderoso, revestido en grandeza y lleno de poder, que sostiene con firmeza al mundo, puede ser aterrador para algunos, al creyente debe llenarlo de seguridad. Ese mismo Dios que está revestido en majestad y que reina con poder desde mucho antes de la creación, es un Padre Amoroso que tiene el control de Su creación y que se complace en los que creen en Su nombre.
Cada vez que veas una dificultad o un obstáculo, similar a cómo se levantan las aguas con estruendo, batiendo sus olas y amenazando con un caos, recuerda que, sobre todas esas cosas reina Dios. Aunque atravieses por alta mar y debas enfrentar una la tormenta, Dios tiene el control de tu destino y tiene un plan perfecto para esta prueba.
Es por eso por lo que el salmista cierra con broche de oro, reflejando en una simple y sencilla frase que ningún sacrificio es ignorado por Dios. Ha coronado a Sus hijos con santidad, una que espera que todos guarden y que adornen con ella Su casa (v.5), para glorificar Su nombre. Y en respuesta, el Señor se muestra confiable, justo y fiel para acompañarle cada día de su vida y su eternidad.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿A quién no le gusta entonar una canción? Ya sea, en el auto, la ducha, mientras realizas tus quehaceres y demás, la música es parte de nuestro diario vivir. Sin embargo, hay una gran diferencia entre entonar alabanzas y reflexionar en ellas. El salmista David sí que entonó alabanzas a todas horas y en toda circunstancia. La pastora Glenda Liz Amador nos invita a reflexionar en veintiuno de sus Salmos; cánticos de reflexión plasmados en las Sagradas Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/