Mi LámparaMuestra

¿Como esperar?

Últimamente, me encanta escuchar sobre las cartas a las 7 iglesias en el libro de Apocalipsis. Jesús les manda una carta a los hermanos de Éfeso, por medio de una revelación a Juan, diciéndoles; ¡Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo, cuanto has sufrido y perseverado sin desanimarte!, pero tengo contra ti, que has perdido tu primer amor, ¡arrepiéntete, y vuelve a las primeras obras!. En otra carta, dirigida a Sardis, les dice ; “Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte…”.

¿Alguna vez te tocó esperar demasiado tiempo en una cola de un banco o haciendo compras o en un aeropuerto? No sé ustedes, pero yo detesto esperar y generalmente después de un largo rato, o cuando sé que ya deberían haberme atendido, espero con una muy mala actitud. A veces, creo que las personas hacemos lo mismo con respecto a Dios. Ya hace tanto tiempo que esperamos Su venida y que escuchamos decir ¡Cristo viene pronto!, que nos aburrimos y nos cansamos. Con el tiempo, después de haber conocido a Dios, perdemos el gozo de la salvación, perdemos ese entusiasmo y esas ganas de servir que teníamos en un principio, perdemos esa capacidad de asombro por Él, caemos en la mentira de que “ya lo conocemos”, pero inconscientemente, lo hacemos por costumbre. Nos sumergimos en la rutina, basamos nuestra relación con Dios en la cantidad de años que estamos sirviendo en la iglesia, nos jactamos de los estudios bíblicos que hicimos y cada vez damos menos frutos, perdiendo el PRIMER AMOR.

A veces, puede pasar, que nos hemos esforzado tanto por hacer las cosas bien, de la manera correcta y cuando parecería que no prosperamos tanto como otros, que no se esfuerzan por ser una buena persona y que parecería que les va mejor, nos frustramos. O cuando enfrentamos situaciones, teniendo esperanza, pero no vemos las respuestas que esperamos, nuestra fe se hiere. Quizá también ponemos nuestra mirada en las circunstancias y que parece que está todo perdido, que no hay vuelta atrás, que el país está mal, hay inseguridad, la economía cada vez peor y nos desanimamos viviendo el día a día como se puede. Pero la realidad, no es la verdad. De esta forma, dejamos de vivir en la Gracia de Dios, lo peor de todo, es que a veces, ni nos damos cuenta, se convierte en un hábito, la frustración, la desilusión, la queja, la amargura, y nos convertimos en cristianos amargados, que dice “tengo fe, peeeeero”, que viven esperando en algún momento prosperar económicamente y lograr cosas terrenales y olvidaron tener una mente de Reino, cayendo otra vez en el engaño.

Esta no es la manera que debemos esperar el regreso de Jesús. Que Jesús vuelva, debe ser nuestra esperanza, nuestro anhelo más profundo, lo que nos dé entusiasmo y expectativa, lo que a la hora de pasar situaciones difíciles, nos dé la fuerza y la motivación que necesitamos. Necesitamos cada día, reconocer humildemente que dependemos de Dios, para todo lo que somos y hacemos, necesitamos buscar ese pan de vida para nuestro espíritu, trayendo vida y abundancia a nuestra alma cada día. Como hablábamos ayer, caminando en asombro por Dios y siempre crecer en nuestra relación con Dios y experimentar todo lo nuevo que hay en Él. ¡Qué lindo sería sentir que tenemos ese primer encuentro transformador con Dios, que marca un antes y un después en nuestra vida, todos los días! Mañana continuamos hablando de este tema.

Oración: Amado Dios, perdóname por haber descuidado el primer amor en mi vida, enséñame a volver a las primeras obras, a tener fuerza y disposición para hacerlo, trae un refresco espiritual a mi vida, te doy gracias por Tu amor. En el nombre de Jesús, amén.