Mi LámparaMuestra
La Vida
Si pensamos en que es la vida, uno diría fácilmente, el nacer, respirar, alimentarnos, crecer, podríamos pensar en nuestros orígenes, recordar el barrdónde crecimos, nuestra familia, cómo vivimos, dónde estudiamos, en qué trabajamos, qué soñamos, pensaríamos en nuestra historia. Sin embargo, cuando Jesús habla de vida, se refiere a una muy diferente.
Si lees Génesis, conocerás como Dios creó al hombre. Dios formó el cuerpo de Adán en el barro y luego sopló en su nariz, aliento de vida. Esa vida que le dio a Adán, es el alma, que es nuestro ser interior, nuestra conciencia, nuestros pensamientos y sentimientos, nuestras preferencias, nuestros sueños y anhelos y las intenciones de nuestro corazón. Todo eso, es el alma. Sin embargo, hasta ese entonces, no se menciona nada sobre el espíritu. Dios nos hizo tripartitos, como Él es, a Su imagen y semejanza, con cuerpo, alma y espíritu. Pero el espíritu, es lo que nos conecta con el Padre. Dios y el hombre eran uno en el espíritu, hasta que satanás le miente a Eva. El alma, o sea, nuestro “yo”, quiso exaltarse a sí misma, es decir, que se sobreestimó, creyendo que por sí misma, puede decidir que está bien y que está mal, en vez de creerle y obedecerle a Dios. Por este motivo, Dios les había dicho, que no comiesen del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque si no, morirían.
La desobediencia cosecha el pecado y el pecado lleva a la muerte, Dios, les advertía sobre la muerte espiritual, aunque con el tiempo morirían también físicamente. Cuando el hombre cae y es expulsado del Edén, su espíritu se apaga, como una computadora sin electricidad, sin vuelta atrás. El pecado esclaviza y produce muerte en nuestra vida. Por eso, en Efesios, dice que estábamos muertos en delitos y pecado, pero también dice, que por el amor y la misericordia de Dios, a pesar de que esa era nuestra situación, Jesús murió por nosotros, venciendo a la muerte, nos regaló vida una vez mas. Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Cuando Jesús cenó con Nicodemo, le explicó que debía nacer de nuevo, Nicodemo no podía entender a qué se refería, pero experimentar el nuevo nacimiento en Dios, es el único requisito para tener vida eterna. ¿Qué es la vida eterna? Es Conocer a Cristo. Cuando tenemos ese encuentro real con Jesús, marca un antes y un después en nuestra vida, trayendo la vida de Jesús a nuestro corazón, el Espíritu Santo a nuestra vida. A partir de ese entonces, volvemos a vivir espiritualmente, siendo hijos de Dios y coherederos de Sus promesas, viviendo la eternidad y experimentando las bendiciones celestiales, aun en este tiempo, trayendo salvación a nuestra alma. Ahora vivimos por Su Espíritu, debemos buscar las cosas del Espíritu y dar frutos. El alma traduce lo que el Espíritu quiere decirnos y el cuerpo es lo que ejecuta en acción, esa nueva vida y propósito que Jesús trajo a nuestro ser.
Jesús vino a darnos vida y vida en abundancia, hay una vida superior a la vida común que podemos llevar. Si te invade las preocupaciones, el desánimo, si batallas con algo, recuerda conectarte con el Padre, busca “conexión” con su Espíritu. Porque en Su presencia, vas a encontrar vida abundante, todo el amor, la paz, la libertad, la sanidad, y la provisión que necesites.
Oración: Amado Dios, te doy gracias por la cruz, por haber traído "vida" a mi vida, quiero vivir conociéndote cada día y estar cerca de Ti. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
En este devocional, me gustaría meditar contigo, sobre quién es Jesús, cómo su verdad impacta y transforma nuestras vidas y cómo prepararnos para ser la generación que lo reciba.
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Nos gustaría agradecer a Judit Paz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/soyjuditpaz/