21 maneras de prosperar a los 45Muestra

Desecha el autoconcepto negativo

Nuestros pensamientos determinan nuestras vidas. Los pensamientos negativos acerca de nosotras mismas, sea sobre el cabello, piel, estrías, fracasos, o vida amorosa, no respetan a la mujer que Dios, con Sus manos hizo. Somos Su obra maestra, una obra de arte que debe ser tratada con dignidad por los demás y por nosotras mismas. El autoconcepto negativo no es humildad. Es autoderrota. Es un hábito tóxico que enturbia nuestra capacidad de vernos a nosotras mismas como amadas y apreciadas por Dios.

No importa si has sido abandonada o divorciada.

No importa si no puedes tener hijos.

No importa si eres pésima en la limpieza y te sientes inadecuada como ama de casa.

No importa si no puedes cocinar.

No importa si no ganas mucho dinero.

No importa si te sientes gorda o delgada.

No importa si te sientes fracasada en tu trabajo.

Nada bajo el sol invita a hablar de una misma. Eso sólo destruirá tu vida mental.

Creemos lo que decimos sobre nosotras. Al hablar negativamente de una misma llena de mentiras nuestros corazones y contradice lo que Jesús dice que somos. Empuja la esperanza, la verdad y la paz hacia los bordes de tu mente. Las mentiras nos apartan de aferrarnos al amor, la bendición y la soberanía de Cristo. Nos alejan de la vida abundante de amor, gracia y santidad que Dios quiso para nosotras.

Tu concepto negativo no te afecta sólo a ti. También afecta a los que te rodean. Por ejemplo, si alguien te felicita y sus cumplidos no coinciden con tu autoconcepto negativo, lo rechazarás. No aceptarás esa admiración. No reconocerás su esfuerzo por aplaudirte. Así, alejas las bendiciones de los demás.

Hoy es el día de abandonar el autoconcepto negativo. Cuando te des cuenta de que se te escapa de los labios una falsedad, proclama con valentía que eres una hija del Rey, amada y creada para buenas obras.