21 maneras de prosperar a los 45Muestra
Cultiva amistades intencionales
Tenemos una capacidad limitada. No podemos ser todo para todos. Simplemente no es posible. En cualquier época, necesitamos amistades sanas y de calidad. Fuimos diseñados para eso. En nuestros espíritus más afines, vemos desplegarse la gracia, el amor, la paz y el poder de Dios. Nuestra propia fe florece cuando somos testigos de la vida de Cristo en otros.
Las amistades entrañables no se forman de la noche a la mañana. Requieren voluntad, perdón, amor y creer en lo que Dios está haciendo en el otro. Con el tiempo, crecen en las temporadas oscuras y brillantes de la vida. No son unilaterales ni egoístas. Buscan celebrar y servir a la otra persona sin condiciones. No dependen el uno del otro para obtener aprecio o valía. Honran el aprecio y la valía que se encuentran en Cristo. Fomentan lo mejor de lo que somos, nunca para explotar o avergonzar nuestras debilidades. Hablan bien del otro en persona y con los demás.
A pesar de lo mejor de las amistades, es probable que haya algún momento difícil. En la amistad, damos la vuelta cuando hay conflicto, o, como dice Colosenses 3, "nos revestimos de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia". Las relaciones superan las dificultades con estas virtudes.
Cuando nuestros amigos cercanos son testigos de los momentos confusos de nuestras vidas, se convierten en los pies de Jesús, ya que su compañía nos recuerda que no estamos solos. Se asemejan a Su portavoz de la esperanza y la verdad y a Sus brazos que abrigan nuestro quebranto.
Se dice que nos convertimos en las cinco personas con quienes pasamos más tiempo. Si esto es cierto, elige sabiamente. La integridad, la gracia, la honestidad y la compasión son virtudes que se llevan bien en cada temporada y época.
Escrituras
Acerca de este Plan
Más que una desintoxicación, cada mujer puede tomar medidas intencionales para ser la portadora de la imagen única que Dios quiso que fuera. Cada día de este Plan de 21 días abordaremos dificultades y elegiremos nuevos hábitos que inviten nuestras almas a prosperar. No importa si eres una mujer en tus 20s, 30s, o 40s, hay un amplio suministro de la bondad, entendimiento, y restauración de Dios para florecer en tu etapa de la vida.
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