Gemidos de la creación

Por Jimmy Purchase

“Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto.” (Romanos 8:22 NTV).

¿Sabías que la Iglesia tiene un calendario? Desde el Antiguo Testamento hasta hoy. El pueblo de Dios ha celebrado y recordado la obra de Dios en temporadas durante todo el año. Estas temporadas se conocen formalmente como el Calendario de la Iglesia, ¡algo que la Iglesia ha hecho durante más de 1.500 años! Este calendario nos invita a centrar y reordenar nuestras vidas en torno a la historia cristiana: Adviento (el nacimiento de Jesús), Epifanía (la manifestación de Jesús), Cuaresma (la tentación y muerte de Jesús), Pascua (la resurrección de Jesús) y Pentecostés (el Espíritu de Jesús).

El calendario de la Iglesia comienza con la temporada de Adviento, los días previos al día de Navidad. Durante largos períodos de la historia, incluso antes de que Jesús naciera, el pueblo de Dios anhelaba desesperadamente que su Mesías viniera. Es por eso que el Adviento es una temporada de anhelo. A mi amigo Tommy le gusta decir: "El Adviento es como una canción escrita en clave menor". Apunta a un anhelo que surge de una profunda desesperación; y aun así, sigue adelante con esperanza.

Cuando miramos alrededor de nuestro mundo hoy, vemos sólo fragmentos del mundo de Génesis 1. Vemos que hermosas piezas de la creación han sido rotas y dañadas por el pecado y por la maldad, y sigue empeorando. Cuando encendemos el televisor o entramos en Facebook, nos encontramos cara a cara con la constante preocupación, desesperación, incertidumbre y dolor que prevalece el día de hoy.

¿Qué hacemos en respuesta? Gemimos. ¿Por qué? Porque sabemos en el fondo de nuestros corazones que esta no es la forma que se supone que debería ser. Anhelamos un mundo nuevo, un mundo justo.

¿Cuántos de ustedes desean que el pecado con el que están luchando sea borrado?

¿Cuántos de ustedes perdieron a un ser querido? Y tal vez durante la temporada navideña, te encuentres extrañandolos y anhelando de alguna manera traerlos de vuelta.

¿Cuántos de ustedes ven a los que están quebrantados de corazón y desearían que los que están solos, descuidados y oprimidos tuvieran un defensor?

La respuesta a esos anhelos se encuentra en el regalo de la Navidad: JESÚS.

En esa Santa Noche cuando Jesús nació, las estrellas brillaban intensamente sobre un mundo que gime por una nueva esperanza. Mientras que la Navidad está llena de esperanza porque Jesús ha venido, el Adviento nos invita a sentarnos y reflexionar sobre el pecado y la decadencia de nuestro mundo mientras anhelamos que Jesús regrese y lo haga nuevo. Este mes es una temporada de gemidos, anhelo por el Salvador quien limpiará toda lágrima de cada ojo y hará nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:4–5).

Durante el Adviento de cada año, el calendario de la Iglesia nos enseña a convertirnos una vez más en Israel, reconociendo nuestro pecado y necesidad, esa espera, anhelo, esperanza, llamado, oración por la venida del Mesías, el advenimiento de la justicia y la ruptura del shalom. Pasamos por el ritual de desear el reino, una especie de impaciencia santa, recreando el anhelo de Israel por la venida del Rey. "Estamos llamados a ser un pueblo de expectativa, buscando la venida (otra vez) del Mesías" (James K.A. Smith)

Medita: Cuando miras el mundo que te rodea, ¿qué partes quieres que Dios haga nuevas?

Practica: Escribe las partes de tu vida que quieres que Jesús haga nuevas. ¿Qué área(s) de tu vida necesitas rendirle a Él?

Ora: Jesús, quebranta mi corazón por lo que quebranta el tuyo. Sé que hay partes del mundo que entristecen Tu corazón. Abre mis ojos para ver el estado espiritual del mundo que me rodea. Ablanda mi corazón hacia aquellos que parecen estar espiritualmente perdidos. Llena mis manos con oportunidades para entrar profundamente en Tu misión de redención y renovación. Amén.