Por mucho tiempo estuvo el mundo en pecado y en error

Por Danny Saavedra

“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos…” (Génesis 3:7 NBLA).

Cada año, celebramos la Navidad. Es la época más maravillosa del año, una época de alegría y buenas nuevas. Decoramos el árbol, encendemos luces, cantamos villancicos, damos regalos y recordamos que Jesús es el motivo de la navidad. Pero, ¿alguna vez te has detenido a preguntarte por qué Él es el motivo de la navidad? O aun más profundo, ¿por qué existe la navidad?

¿Por qué Jesús tuvo que venir? ¿Quieres la respuesta corta? Por el pecado.

¿Qué es el pecado? Bueno, la palabra que usó Jesús para pecado es hamartiōn, que significa "fallar el objetivo; acto de maldad; culpa, fracaso (en un sentido ético); acción que genera culpa legal y moral".

Y ahora la respuesta larga: En Génesis 1, leemos acerca de la creación del universo y cómo la joya de la corona de esta creación fue la humanidad. ¿Por qué? Génesis 1:27 (NVI) dice: "Dios creó al serhumano a Su imagen, lo creó a imagen de Dios". Eso significa que cada uno de nosotros, sin importar quiénes somos, de dónde somos, cómo nos vemos o qué hemos hecho, todos tenemos un valor infinito e inmutable (algo que nunca se puede quitar) como portadores de la imagen de Dios.

¡Fuimos hechos por Dios y para Dios, para conocerlo, tener relación con Él y estar con Él hasta la eternidad! Las dos primeras personas, Adán y Eva, llegaron a experimentar esto.

¿Sabías que Adán y Eva llegaron a caminar con Dios, hablar con Dios y disfrutar de una relación perfecta con Él? También pudieron vivir Su propósito y disfrutar de un paraíso perfecto que Dios hizo para ellos. Pero luego todo salió mal. . .

Génesis 3 nos dice que Adán y Eva fueron tentados y se alejaron de Dios. Permitieron que su orgullo y egoísmo, su deseo de ser "como" Dios, nublaran su juicio. A esto lo llamamos "la caída". En ese momento, la Biblia dice que "el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad" (Romanos 5:12 NVI). Romanos 3:23 (RVR1960) nos dice: " por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios", mientras que Romanos 6:23 (NVI) describe por qué este es un gran problema: "Porque la paga del pecado es muerte".

La peor parte es lo que estaban buscando, ser como Dios, y eso ya lo tenían. ¿Recuerdas? Eran perfectos, hechos a Su imagen; Su huella estaba en sus corazones y en sus almas. Pero debido a su pecado, toda la humanidad fue infectada. El pecado causó la separación entre nosotros y un Dios santo. Cada niño nacido desde entonces ha nacido espiritualmente muerto, separado de Dios, excepto Uno.

Básicamente, el pecado trajo muerte y somos incapaces de salvarnos de ella por nosotros mismos. Necesitábamos una intervención divina. La Navidad es el momento en que Dios intervino. ¿Cómo? ¡Envío a Su Hijo a rescatarnos! Bueno, como dice la canción "Santa la Noche", "Por mucho tiempo estuvo el mundo en pecado y en error, hasta que Él apareció".

Juan 3:16 (NBLA) nos dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.".

También leímos en Romanos 3:23 (NTV) que “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios”. Pero el siguiente versículo nos da buenas noticias “Sin embargo, en Su gracia, Dios gratuitamente nos hace justos a Sus ojos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados".

Gracias a Jesús, nuestros pecados son perdonados y podemos ser restaurados para tener una relación correcta con Dios. Y no solo eso, sino que también obtenemos el maravilloso regalo del Espíritu de Dios dentro de nosotros llenándonos con la luz de la vida eterna y guiándonos todos los días.

Medita: ¿Qué hace que la venida de Jesús sea un regalo tan especial?

Practica: ¡Agradécele hoy a Dios por Su perdón por medio de Jesús! Pregúntale a Dios si hay alguien a quien necesites pedirle perdón o que necesites perdonar.

Ora: Amado Dios, gracias por el perdón de pecados que tenemos disponible a través de Jesús. Sé que no soy perfecto como Tú. Sé que soy un pecador y no merezco estar delante de Ti, ¡y sin embargo Tú hiciste un camino! Te alabo y te honro por quien Tú eres y por todo lo que has hecho. Y te pido que me ayudes a vivir para Ti, a huir del pecado y de la tentación para que no solo pueda disfrutar de una relación íntima contigo, sino que también pueda ayudar a otros a conocerte. Amén.