Abundante esperanza en un bebé

Por Samantha Rodriguez

"Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales!" (Filipenses 2:6–8 NVI).

¡Hoy es Navidad! La mayoría de los niños se despiertan antes que sus padres y corren a la sala para buscar los regalos debajo del árbol. ¡La mañana en que muchos desean que finalmente nieve en el sur de la Florida! La mañana en que las familias y los amigos se reúnen para celebrar la paz y la alegría en el mundo.

Sin embargo, no es así como se ve la mañana de Navidad para muchos. A veces, esta mañana está llena de dolor, tragedia o temor, y eso también está bien. La mañana de Navidad no debe caracterizarse únicamente por estas tradiciones temporales y momentos de película. ¡La mañana de Navidad es un día para que volvamos a imaginar cómo habría sido estar allí cuando nació Jesús!

Podemos pensar en la expectativa de María y José mientras ella luchaba por dar a luz. Podemos imaginar la emoción de los pastores que corrieron a ver a este bebé del que los ángeles les habían profetizado. Podemos sentir el asombro y la maravilla de los ángeles que finalmente vieron el primer paso del magnífico plan de Dios llegar a ser, tal como lo describe nuestra Escritura de hoy. ¡Esta mañana fue el comienzo de la increíble historia de la vida de Jesús en la Tierra como nuestro divino Salvador! Trata de meditar en estas cosas hoy, y permite que el Espíritu Santo cambie tu perspectiva sobre por qué podemos tener gozo y paz el día de Navidad.

Dios nos ama y lo demostró a través del sacrificio de Jesús.

En 1 Juan 4:9 (NVI), leemos: "Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él”. ¡La razón por la que Jesús voluntariamente se humilló así mismo por nuestro bien, fue por el gran amor de Dios para nosotros! ¡¿Qué tan hermoso es esto?!

Ahora podemos nacer de nuevo y ser renovados.

Jesús no solo vivió una vida perfecta, también murió y resucitó como el sacrificio final y perfecto por todos nuestros pecados. Debido a la muerte y resurrección de Jesús, ahora tenemos la capacidad de nacer de nuevo y ser renovados ¡al poner nuestra fe en Él! Esto significa que somos adoptados en la familia de Dios para siempre y nos convertimos en una "nueva creación" sin las manchas del pecado marcándonos permanentemente.

Tenemos la esperanza de la vida eterna.

Este nuevo nacimiento y renovación no es solo una hermosa esperanza en la que podemos descansar todos los días, sino también una esperanza para el futuro. A medida que vivimos nuestras vidas con el propósito de adorar a Dios y hacer que otros lo conozcan y adoren también, de igual manera vivimos nuestras vidas con la esperanza de que un día pasaremos la eternidad en la presencia de nuestro santo y glorioso Padre.

¡Esta es la razón por la que podemos despertarnos con alegría y paz en la mañana de Navidad! La buena noticia de que Jesús nació nos recuerda el resto de la historia y cómo esta historia cambia nuestras vidas.

Pausa: ¿Has permitido que esta historia se asiente en tu corazón esta mañana de Navidad? ¿Te acercas al día de Navidad con un corazón de adoración y gratitud por Cristo?

Practica: Lee hoy nuevamente la historia de la Navidad. ¡Dedica tiempo a agradecer a Dios por el nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, y adórale por medio de canciones de adoración también!

Ora: Jesús, ¡feliz cumpleaños! Muchas gracias por estar dispuesto a vivir humildemente la vida aquí en la Tierra como un ser humano, al nacer como un bebé indefenso. Tu sacrificio significa todo para mí porque realmente lo cambió todo. Puedo tener una relación personal con mi Creador porque he sido rescatado de las cadenas del pecado y la oscuridad. ¡Te alabo hoy y todos los días! Permíteme regocijarme en Ti y compartirte con los que me rodean en este día especial. Amén.