El Dios que RestauraMuestra

El Señor Regresa

Lectura: Isaías 40:1–11

Devocional: Isaías 40:10–11 NVI

Miren, el Señor omnipotente llega con poder, y con su brazo gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo precede. Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas.

En el texto

Esta semana, hemos dedicado tiempo a reflexionar sobre el deterioro del mundo. Hacerlo ha abierto nuestros ojos para ver nuestra necesidad de Dios. Nos ha ayudado a recordar Su fidelidad en el pasado y esperar con expectación lo que Él hará en el futuro. Isaías 40 nos dice cómo será el regreso de nuestro Señor.

Viene como un guerrero victorioso, mostrando Su poder y estableciendo Su reino. Viene con gran expectación, con Su pueblo proclamando Su llegada. Su regreso es un consuelo para Su pueblo, que inaugura la paz y la justicia bajo Su reinado. Él lucha por Su pueblo, destruyendo a los malvados y recompensando a los justos.

Nuestro gran Dios, nuestro Rey Todopoderoso regresará. Cuando lo haga, Él dará a conocer Su poder y majestad al mundo. Él traerá juicio al mundo del pecado, y también consolará a Su pueblo y los restaurará a Sí mismo después de que se hayan arrepentido. Isaías nos recuerda que somos como las flores y la hierba que se secan y se marchitan, pero Su Palabra es siempre confiable. Lo que Él promete es inmutable, al igual que Él mismo.

Él no solo es un poderoso guerrero, sino que también es un buen pastor. Como un pastor conoce a sus ovejas, nuestro Dios nos conoce íntimamente. Él ve nuestro dolor, conoce nuestras luchas y nos mantiene alejadas del daño. Él nos lleva en Sus brazos. Cuida a cada una de nosotras íntimamente como Sus hijas. Él conoce a Su rebaño, cuida de Sus corderos y los lleva consigo.

El Adviento es un tiempo para ir más despacio y para decir "no" a lo que el mundo dice que debería ser esta temporada. El Adviento es un tiempo para recordar a nuestro Rey venidero, nuestro Buen Pastor, nuestro Salvador y nuestro Redentor. Proclamemos Su venida con nuestras palabras y nuestras vidas esta temporada.