El Dios que RestauraMuestra

Dios Protege a su Pueblo

Lectura: Salmos 94

Devocional: Salmos 94:14–15 NVI

El Señor no rechazará a su pueblo; no dejará a su herencia en el abandono. El juicio volverá a basarse en la justicia, y todos los rectos de corazón lo seguirán.

En el texto

El Salmo 94 presenta a Dios como el uez y vengador de la tierra. Él es presentado como Aquel que destruye a los malvados por toda la destrucción que han causado y el que salva a los justos de los que están en su contra. En el primer siglo antes de Cristo, el pueblo de Dios estaba esperando que el Mesías viniera como juez. Esperaban que su redentor viniera a la tierra y reinara como rey, destruyendo a los malvados y restaurando Jerusalén. Pero vino como siervo. Él vino a predicar las Buenas Nuevas y traer a muchos a Sí mismo, a morir en sacrificio para que Su pueblo pudiera estar libre del pecado y de la muerte. Todavía no había venido a juzgar.

Cuando Cristo regrese, Él vendrá como el juez de la tierra. Nosotras esperamos con expectación a la llegada de nuestro juez y vengador. El Adviento nos recuerda a nosotras que debemos esperarlo. Los judíos del primer siglo antes de Cristo esperaban a su Mesías, su rey. Él vino primero para salvar al mundo del pecado. El nos dio justicia al morir en nuestro lugar. Administró venganza contra el poder de la muerte, destruyéndola de una vez por todas. Cristo hizo más de lo que los judíos esperaban, pero no exactamente lo que esperaban o cuando lo esperaban.

Lo que deseamos puede ser bueno, ya sea la desaparición del mal, la paz en nuestras naciones, la restauración de nuestras relaciones o la curación de nuestros cuerpos. Sin embargo, puede que lo que deseamos no sea en su momento perfecto. Podemos sentir que Dios no ve la maldad o el dolor a nuestro alrededor. Él nos ve hoy al igual que vio la opresión que enfrentaron los judíos en el primer siglo antes de Cristo. Ten por seguro que Dios está trabajando en nuestras situaciones.

El Salmista nos recuerda que Dios es el que nos da el conocimiento de lo que es justo. No reconoceríamos la injusticia si no fuera por la sabiduría que Él nos da. Si Dios nos revela qué es la injusticia, ¿no podemos confiar en que Él, siendo perfectamente justo, también la tratará correctamente? Dios no nos abandona ni abandona a Su pueblo. Dios interviene por Su pueblo. Dios ayuda. Dios calma nuestra preocupación. Dios nos protege y nos da refugio. Él destruye a los malvados. Confiemos en el tiempo, en la justicia y en el poder de nuestro Dios y esperémosle con expectación.