El Dios que RestauraMuestra

El Anuncio del nacimiento de Juan

Lectura: Lucas 1:5-25

Devocional: Lucas 1:13-17 NVI

El ángel le dijo: —No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento. Hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor.

Dios había permanecido en silencio durante más de cuatrocientos años. Había dejado de hablarle a Su pueblo, y ellos sintieron la falta de Su palabra y guía. Una pareja, Zacarías y Elisabet, encontró el favor de Dios y fueron íntegros e intachables delante de Él. Pero, aunque siguieron todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, aun así experimentaron dolor. Elisabet era estéril, y esto le causó gran deshonra entre su pueblo.

Fue a través de esta pareja que Dios rompería Su silencio hacia Su pueblo. Dios habló a Zacarías en el Lugar Santo del templo, haciéndole saber lo que estaba a punto de hacer. La esposa estéril de Zacarías concebiría un hijo, un hijo que sería el precursor del Mesías. Este niño sería un testigo para el mundo de la obra del Salvador venidero, y llamaría a muchos a arrepentirse y volver al Señor.

La celebración del nacimiento de Cristo se acerca. Nos anticipamos al día de Navidad, pero aún estamos esperando. Como Zacarías y Elisabet reconocieron la venida del Mesías, ellos aún tuvieron que esperar. Su hijo sería el encargado de preparar al pueblo para la llegada del Mesías. Mientras ellos esperaban, su gozo aumentaba.

Mientras esperamos el regreso de Cristo, nuestro gozo también se incrementa. Aunque nuestro dolor y sufrimiento también pueden aumentar a lo largo de nuestras vidas, nuestro gozo aumentará aún más al mirar, no a lo que se ve, sino a lo que no se ve. Confiamos en la Palabra de Dios y esperamos con expectación su cumplimiento. Celebramos el nacimiento de Cristo con gozo por la obra que hizo para salvarnos. También esperamos con gozo Su regreso porque sabemos que la venida de nuestro Rey será más de lo que podríamos esperar.