El Dios que RestauraEjemplo

¡Alaba al Señor!

Lectura: 1 Samuel 2:1-10; Salmos 113

Devocional: Salmos 113:1-2 NVI

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre.

En el Texto

Mientras pasamos por esta temporada de Adviento, recordamos la venida de nuestro Rey, la realidad del dolor en nuestro mundo, y del gran gozo que tenemos mientras esperamos. Esta semana mientras nos acercamos cada vez más a la celebración del nacimiento de Cristo, nuestros corazones se inclinan a alabar.

El Salmo 113 se inspiró en la canción de Ana en 1 Samuel 2. Después de orar y esperar un hijo durante muchos años, Ana pudo regocijarse cuando Dios finalmente contestó su oración y le dio un hijo. Ella alabó al Señor por Su carácter y Su increíble obra en su vida. Ana estaba llena de gozo al reconocer la ayuda y la gracia de Dios al responder su oración. Pero profundizó y también expresó su confianza en quién es Dios: Él es santo y no hay nadie como Él.

Este Salmo fue recitado por generaciones de israelitas, recordándoles, y exhortándoles a alabar al Señor en todas circunstancias. Él es digno de alabar, Él es exaltado, y nada se puede comparar a Él. Él está sentado en lo alto, pero se inclina para ver a la tierra, para cuidar a Su pueblo. Él levanta a los pobres de la tierra y los coloca en lugares de honor. Convierte la esterilidad en fecundidad. Dios es digno de alabanza.

Ya sea que hayamos visto o no a Dios responder oraciones de manera milagrosa como lo hizo Ana, o si aún estamos esperando que Dios responda, Él es digno de alabanza. Él nos presta atención. El Adviento está destinado a recordarnos la redención y el Redentor que estamos esperando. Mientras esperamos, alabamos Su carácter, fidelidad y amor. Lo alabamos por lo que ya ha hecho en nuestras vidas y nos regocijamos porque un día, cuando todas sus promesas se cumplan por completo, lo alabaremos aún más.