Oraciones con audaciaMuestra

Tu oración debe ser más grande que tú

Con frecuencia nuestras oraciones son el resultado de nuestras limitadas experiencias de vida. Contrario a esto, Dios espera que oremos a su nivel y no a nuestro nivel. Cuando nuestra oración es más grande que nosotros, la respuesta de Dios superará incluso esa gran oración valiente y audaz.

El acontecimiento de Jesús alimentando a los 5000, nos ofrece lecciones de vida sobre la oración a nivel de Dios:

• Todo problema es una invitación a realizar una oración audaz del tamaño de Dios:

Podemos ver cada uno de nuestros problemas como semillas de grandes milagros en nuestras vidas si decidimos regarlas con oraciones del tamaño de Dios. Los discípulos vieron a la multitud hambrienta y entraron en pánico por su falta de recursos. Pero Dios ve la debilidad y la deficiencia como una oportunidad para revelar su más grande gloria. Si hoy te enfrentas a una carencia o incapacidad, eres el candidato perfecto de Dios para un milagro.

• Dios esperará a que le presentes el problema

Jesús sabía de la situación mucho antes de que los apóstoles se la mencionaran, pero esperó a que le comunicaran el asunto. En esta situación, los discípulos cometieron tres errores.

- Se demoraron en llevar el problema a Jesús

- Intentaron despedir a la multitud hambrienta y así evadir el problema

- Les preocupaba la enorme cantidad de recursos que necesitaban para satisfacer esa necesidad

Mientras se preocupaban, postergaban y pensaban qué hacer, Jesús esperaba pacientemente que le llevaran el problema.

• No dejes que tu inteligencia humana limite a Dios:

Felipe le dijo a Jesús: “¡Se necesitaría más de medio año de salario para comprar suficiente pan para que cada uno coma un poco! Este era Felipe hablando desde su propia experiencia y conocimiento. Muchas veces, cuando nuestro sentido común nos dirige, nos enfocamos en lo imposible de la situación y nos olvidamos del glorioso poder que Dios manifestó en el pasado. Dios no quiere que nos apoyemos en nuestro propio entendimiento, sino que confiemos en Él como un niño.

• Da gracias por adelantado:

Jesús tomó con sus manos el poco alimento y lo levantó, dando gracias al Padre. Este acto de gratitud desató las riquezas de la gloria de Dios. Nuestro agradecimiento tiene el poder de abrirle puertas a los milagros.

Orar a Dios en grande no es que tenga sentido, es que hace milagros. Dios se especializa en cosas que son humanamente imposibles. Si alguna vez dices la palabra "imposible", ¡escucharás risas en el cielo!

Momento de reflexión:

1. ¿Qué problemas has tardado en traer a Dios?

2. ¿Qué situaciones has intentado evadir?

3. Escribe una oración a nivel de Dios que pueda cambiar esa situación imposible en tu vida.

Conversa un poco con Dios sobre todo lo que has escrito.