Superando la adicciónMuestra

Es la adicción un pecado, enfermedad o defecto psicológico?

En la clásica serie de películas Ice Age, conocemos a una ardilla loca llamada Scrat. A lo largo de las películas se le puede ver persiguiendo una bellota que nunca podrá conseguir. Muchas personas describirían en broma a Scrat como obsesionado o un adicto a las bellotas. Tal vez tus padres son adictos al café como Scrat es adicto a esa bellota. A menudo bromeamos sobre la adicción, pero en realidad puede ser muy grave.

La adicción afecta nuestro espíritu, mente y cuerpo.

• Efecto espiritual—Un adicto finalmente reemplaza a Dios como el centro de su vida con algo o alguien más.
• Efecto mental: los patrones repetidos de mala toma de decisiones fortalecen su adicción e interrumpen su pensamiento.
• Efecto corporal: las consecuencias de nuestras malas decisiones causan estrés y ansiedad. Las exploraciones SPECT y MRI muestran cómo esto interrumpe y reconecta nuestros circuitos cerebrales.

Una mejor manera de entender cómo se relacionan estas tres cosas es pensando en una computadora.

• Nuestro cerebro es como el hardware: la pantalla, el ratón, el disco duro, los cables, etc.
• Nuestra mente es como el sistema operativo: toma decisiones y le dice al hardware cómo procesar y generar información.
• Nuestro espíritu nos conecta con Dios de la misma manera que el propietario de la computadora elige si seguir o no las instrucciones o el plan del diseñador.

Dios es como el diseñador y fabricante de la computadora. La computadora funciona mejor cuando el hardware funciona correctamente y nuestro sistema operativo está actualizado. Lo mismo ocurre con los teléfonos móviles. ¿Te imaginas si intentas ejecutar un iPhone con un sistema operativo Android? ¡No funcionaría! ¿Por qué? Porque toda la máquina está diseñada para operar de una manera específica. Nuestra vida funciona mejor cuando la mente, el cuerpo y el espíritu funcionan dentro del plan y el diseño de Dios. Elegir regularmente algo aparte de Dios es un defecto en la mente y el cuerpo y es pecado. Se convierte en una adicción cuando se convierte en un patrón regular.