Ser Padres Con GraciaMuestra

La gracia de Dios es suficiente para una tarea imposible

Como un espejismo en el desierto, todas las parejas jóvenes imaginan la plenitud y la felicidad futuras, el día de su boda o cuando nazca su primer hijo. No quiero reventar tu burbuja, pero la familia perfecta no existe, y todos los padres se enfrentan a luchas. Ni siquiera Hollywood ha podido crear la familia perfecta.

La crianza de los hijos ha sido una de las tareas más desalentadoras a las que se ha enfrentado el pueblo de Dios y, aunque hoy lo es más que en el pasado, la historia demuestra que nunca ha sido fácil. Adán y Eva, los únicos seres humanos que vivieron en un mundo sin pecado, soportaron la agonía de su primer hijo, Caín, quitándole la vida al segundo, Abel. Las páginas de las Escrituras están plagadas de familias disfuncionales. Los patriarcas de Israel como Abraham, Isaac y Jacob, y otros héroes de la fe como Elí, Samuel y David tienen sus fracasos paternos registrados en la Biblia.

Sin embargo, a pesar de sus debilidades, Dios los utilizó y a otros innumerables padres y madres imperfectos en el desarrollo de su plan de gracia para salvar a la humanidad caída. Personas deshechas, matrimonios y hogares rotos fueron redimidos y restaurados una y otra vez por la persistente gracia de Dios. Nuestro Dios inmutable todavía está en el negocio de redimir el quebrantamiento hoy. Si usted es padre o madre, se ha sentido fracasado más de una vez. Como dijo Howard Hendricks tan acertadamente: «El problema de ser padre es que cuando finalmente te sientes competente, ¡te quedas sin trabajo!»[1]. Por eso es tan importante para los padres entender y vivir por la gracia.

Tal vez hayas tenido ganas de gritar: «¡No puedo hacerlo! No soy lo suficientemente fuerte. Nunca seré un buen padre». Si es así, tengo una gran noticia para ti: estás en el lugar perfecto para beneficiarte de la gracia de Dios, que es un recurso ilimitado. Dios le dijo al apóstol Pablo que su gracia era suficiente para él y que el poder se perfeccionaba en la debilidad. En su debilidad, Pablo aprendió a depender del poder de Cristo en él, y al final, concluyó que solo podía ser fuerte cuando era débil. Esto puede parecer contradictorio, pero por lo que hace Dios, no lo es. Abraza la gracia de Dios y descubre la confianza, la paz, la seguridad, la alegría y la esperanza en tu viaje como padre.

[1]Howard Hendricks,Heaven Help the Home (Wheaton, Ill.: Victor Books, 1973), 135.