Con los ojos abiertos.

Un ciego no puede guiar a un vidente, como los que andan en oscuridad tampoco pueden guiar a los que andan en luz.

Iniciemos…

Quizás suene un poco raro para ti el tema del día de hoy “mantener los ojos abiertos”, pero la realidad es que el sistema y las estrategias del enemigo han provocado que la generación de hoy permanezca con los ojos vendados, tomando lo que no es bueno como si lo fuese y lo malo como algo normal. Preferimos andar en oscuridad y en tinieblas antes que en la luz porque es la corriente popular, lo que nos aplauden y lo que el mundo aprueba. Hacemos lo que hacemos aún teniendo el conocimiento de que nos estamos auto-destruyendo: fumamos para deteriorar nuestros pulmones, nos alcoholizamos para destruir el hígado, nos adaptamos al libertinaje para demostrar nuestra autosuficiencia y una vida abierta a lo que sea totalmente desenfrenada, gastamos los recursos que Dios nos permite tener para llenarle la vista a los demás, chicas abran los ojos.

Este mundo es pasajero, estamos aquí por un tiempo limitado (1 Juan 2:17), sabemos el día que llegamos, sin embargo no sabemos cuándo partimos de esta tierra. Por esto es que les exhorto a no dejarse llevar de la corriente del mundo ni tampoco de lo aparente, más bien en todo tiempo busquen de Dios.

¿Qué hace que tengamos los ojos vendados ante la verdad que es Cristo?

1- Las emociones: a veces los sentimientos por una persona nos ciegan a tal punto que en vez de tener a Dios en el primer lugar de nuestro corazón, tenemos pendiente complacer más a esa persona. No me malinterpretes, no está mal enamorarse y amar, pero sobre todo esto recuerda, que la base y el fundamento de toda relación es Dios.

Les contaré una breve historia basada en hechos reales.

Claudia, una jovencita de 16 años, desde muy temprana edad le entregó su vida al Señor. Servía con pasión y le dedicaba su tiempo a Dios, pero al entrar a la secundaria le empezó a gustar un joven que no era cristiano y que solo buscaba un momento placentero con ella. Esta joven enamorada se entregó a su gran amor y se olvidó de Dios, se quedó embarazada y el joven no se hizo responsable de dicho embarazo. Esta joven fue cegada a través de las lindas palabras, regalos ostentosos y el tiempo de calidad con este joven, ella tenía los ojos abiertos, podía ver, pero poco a poco se fue dejando llevar por la tentación, hasta que sus ojos volvieron a ser tapados.

2- Las malas amistades: Hay un refrán muy conocido que dice: Dime con quién andas y te diré quién eres. La biblia dice: ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Las malas compañías corrompen las buenas costumbres y cuando tenemos alianza con las personas que difieren de lo que creemos o actúan de una forma que ofende a Dios, dicha mala práctica quizás no sea empleada por ti, pero va cambiando cada día tu parecer de lo que la palabra te enseña, a lo que tu amigo practica y te muestra día tras día.

3- ¿Qué consumes? Nosotros nos alimentamos de las cosas que vemos y escuchamos y expulsamos todo aquello de lo que primero fuimos llenados, así que analiza de lo que te estás alimentando, porque es la base de lo que estás compartiendo.

Oremos:

Dios, gracias porque hoy pongo esa disposición en mi corazón para que toda venda de mis ojos caiga y yo pueda ver tu luz en el medio de la oscuridad. Quiero permanecer en ti, así que te pido que continúes trabajando conmigo y formando mi interior. En el nombre de Jesús, amén.