Ten ÁnimoMuestra

Mantener la esperanza viva en ocasiones puede ser un asunto bastante difícil. 

Si quieres mantenerte lleno de fe, necesitarás ser tenaz, tendrás que arraigarte y enfocarte en Cristo.  Tendrás que mantenerte creyendo más allá de las aparentes posibilidades y de las opiniones de algunas personas. 

Cuando las cosas se ponen difíciles es cuando es más fácil desanimarse. Tener esperanza cuando todo va bien no está mal, pero tampoco es un mérito extraordinario. Si todo va conforme a tus planes, estás viendo buenos resultados, los que te rodean te aplauden, todo va encaminado, las puertas se abren y los caminos se allanan, es muy fácil sostener buen ánimo, tener una sonrisa en la cara y hasta ser capaz de alentar a otros, pero la esperanza y la fe verdaderamente se necesitan y se prueban cuando los tiempos son duros y complejos. 

Tu actitud esperanzada o desesperanzada habla más de ti y de tu fe que de tus circunstancias, describe más tu visión y convicción que cualquier cosa que puedes decir. 

Ahora bien, la esperanza para que no sea hueca necesita tener un componente que la haga sólida. Dios es la mayor y mejor fuente de esperanza, El no cambia, por lo tanto, es confiable, es estable y siempre cumple. Cuando ponemos nuestra esperanza completamente en el Señor, dicha esperanza no termina en desilusión. 

Al estar con Él y estar lleno de Él, tenemos una esperanza segura y total. 

Ten ánimo ¡espera en Él!