Limpieza profunda: Cómo deshacerse de la vergüenza, las influencias tóxicas y la falta de perdónMuestra

Limpieza profunda de tu pasado

Es difícil pedirle al Espíritu Santo que nos limpie, porque significa adminitir nuestra ruptura. A menudo, preferimos ocultar nuestros errores o tratar de auto-ayudar a nuestro camino a Jesús. Pero el Evangelio no consiste en ponernos a la altura de Dios. Se trata de que Dios envió a Su Hijo hasta el nuestro. 

Tu pasado no tiene por qué paralizarte. Tus errores no te definen. Tu ruptura no es demasiado grande para el Dios que puso las estrellas en movimiento. 

A veces, la acción más llena de fe que podemos hacer es acudir a Dios en medio de nuestro desorden, reconociendo que es demasiado grande para que podamos limpiarlo. 

Vemos un poderoso ejemplo de esto en Mateo 9. Una mujer que había estado sangrando durante 12 años se acerca a Jesús, sabiendo que si solo puede tocar el borde de Su manto, será curada, completa y restaurada. 

Esta mujer habría sido considerada ceremonialmente impura, lo que significa que había sido rechazada durante más de una década. ¿Te imaginas la fe que se requiere para pasar por encima de una multitud que te dice que eres indigno para llegar al Salvador? 

Esta mujer reconoce que necesita ayuda, y ve a su Ayudador. Y lo que sucede a continuación es un poderoso recordatorio para todos nosotros: 

Jesús se dio vuelta, la vio y le dijo: —¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana en aquel momento Mateo 9:22 NVI.

Su fe la sanó. No sus esfuerzos, buenas obras, logros o brillantez. Su fe. 

La verdad es, que ninguno de nosotros puede hacer una limpieza profunda por sí mismo. Nuestro desorden es un recordatorio de que necesitamos un Salvador, y Su nombre es Jesús. 

Ora: Dios, hoy vengo a Ti sintiendo el peso de mis errores. Quita mi culpa y mi vergüenza, y recuérdame Tu amor, Tu perdón y Tu misericordia. Ayúdame a superar cualquier incredulidad en mi corazón, y fortalece mi fe para que pueda servirte. En el nombre de Jesús, amén.