Tras Las Huellas De CristoMuestra

El punto de vista de Dios.

Simón Pedro, tenía un corazón que ardía por Jesús, pero era ambivalente, pendular, en otras palabras era inmaduro e inconsistente. Su impulsividad y terquedad son evidentes a través de los evangelios.

Cuando Jesús se encontró con Simón el pescador por primera vez, le vio con misericordia y le dio un nombre nuevo, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamado Cefas (es decir, Pedro)". A partir de ese instante, el inconsistente Pescador, había sido llamado por Dios para ser transformado, en Pedro, la "Roca" (Juan 1:42 NVI)

Con el tiempo, en algunas oportunidades el Señor siguió llamándolo Simón, cuando vemos que Pedro necesitaba ser corregido o censurado, como lo cita nuestro texto del día. Sin embargo, Jesús pacientemente lo conduciría a una crucifixión interna de su propia voluntad, con el fin de que Pedro pudiera experimentar el toque transformador de Dios.

Pareciera que Jesús le cambió el nombre a Simón para que este sobrenombre fuera un recordatorio perpetuo de lo que seria, gracias al poder transformador de Dios en él.

A menudo vemos la transformación como un acto de una sola vez de parte de Dios; en el obrar de Jesús en Pedro vemos todo lo contrario, la transformación continua vendrá para nuestras vidas, cuando decidamos dejar de vivir para nosotros mismos y le permitimos al Espíritu Santo, guiarnos en amor, fuera de las tinieblas hacia la luz maravillosa de la vida abundante en Cristo.

Cuando vivimos para nosotros mismos, naturalmente tomamos el control de nuestras propias vidas, por consiguiente, silenciamos a Dios y su deseo de transformarnos. Pero, cuando abrimos nuestros corazones, Él siempre estará lleno de deseo por nosotros, y el Espíritu Santo estará constantemente listo para guiarnos, en amor, fuera de las tinieblas, hacia la luz maravillosa de la vida abundante.

El Rey David, en el Salmo 139:23-24, clamó al Señor de la siguiente manera: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna."

Que la oración de David sea una fuente de inspiración para ti, con el fin de permitirle al Espíritu Santo obrar en ti.

¡Medita en esto!