Tras Las Huellas De CristoMuestra

El momento Metanoia.

"Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y, como tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey»" (1 Samuel 15:22-23 NVI).

La cuaresma y la Semana Santa, han sido, son, y serán un tiempo favorable para buscar a Dios y volver a los caminos del Señor, si es que en algún momento te hubieras alejado de ellos.

Nuestro texto del día nos habla de Saúl, el primer rey de Israel, quien fue ungido y dotado por Dios con habilidades militares y de gobierno sobresalientes. En una oportunidad, Saúl se llenó de orgullo al derrotar a sus enemigos y en lugar de buscar a Dios con el fin de adorarlo y agradecerle por su respaldo para ganar la guerra, edificó un monumento conmemorando su victoria. Abrumado por la gloria y poder conseguido, quiso ofrecer a Dios sacrificios religiosos que no fueron de su agrado.

Las escrituras definen como arrepentimiento, o “Metanoia” a una nueva manera de entender, ser y de vivir la fe. Una transformación radical, desde adentro, producto de incorporar a nuestra vida todo lo que Dios cree y piensa con respecto a nosotros, pues lo que Dios cree con respecto a cada uno de nosotros, es lo que le da sustancia a nuestra fe. Sin duda alguna, el Rey Saúl no sabía mucho de estar en silencio para escuchar a Dios, recibir su dirección y obedecerle; por el contrario, quiso, incluso, vivir la fe a su manera(Romanos 12:1-3, 2 Cor. 3:18).

Mi invitación con este tiempo de reflexión es a sacar un espacio, en medio de tu jornada, para estar en silencio y contemplar todo lo que Dios tiene para ti, y así poder identificar todo aquello que pueda estar bloqueando tu camino para obedecer a Dios.

David, el Rey que sucedió a Saúl en el trono, nos da ejemplo de cómo estar a solas para buscar la presencia de Dios, con el fin de escucharlo para recibir dirección, y así poder obedecerle:

"Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. Señor, líbrame de mis enemigos, porque en ti busco refugio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos" (Salmo 143:8-10 NVI).

Querido amigo/a, hoy es un buen día para que tomes en cuenta al Señor en todos tus asuntos, también es una buena oportunidad para que permitas que el Espíritu Santo te deje ver si hay pecado en ti. Y si es así, arrepiéntete, pídele perdón a Dios y vuelve una vez más a considerar vivir una vida para Él.

¡Medita en esto!