Tras Las Huellas De CristoMuestra
Jesús es lo que Dios cree de ti.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
Juan, el bautista, representaba para los judíos un enigma. Nadie lo conocía bien, pues, literalmente, vivía en un desierto, se vestía con pelo de camello, comía saltamontes y miel silvestre; sin embargo, fue él quien dio una de las afirmaciones más reveladoras del ministerio de Jesús: “El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. El hecho de que Juan el Bautista comparara el ministerio de Jesús con un cordero que va al matadero, nos ofrece una maravillosa perspectiva de la identidad de Jesús y su obra a favor nuestro.
La alusión hecha por Juan, a un cordero que quitaba el pecado del mundo, captó la atención de los Judíos y a la vez les recordó al cordero pascual, cuyo sacrificio evitó que el ángel de la muerte visitará a las familias israelitas, y en su lugar matara a todos los primogénitos de Egipto. (Éxodo 12, Mateo 13:44, Juan 19:28-30).
En la lógica de Dios, Jesucristo, como cordero pascual, nos representa. Cuando Jesús se encontraba en los momentos previos a su muerte en la cruz gritó: “¡Consumado es!” En el plan de Dios, Jesús murió la muerte de la humanidad, una vez y por todos.
Cuán importante es para cada creyente hoy día, tener claridad sobre su verdadera identidad en Cristo. La verdad, es que muchos de nuestros fracasos, tristezas, angustias y sufrimientos personales surgen de la distorsión que arrastramos sobre este asunto. Nuestra identidad en Jesucristo define quiénes somos y le da sentido a nuestra vida. Hay quienes piensan que nuestra perfección y santificación dependen de cuántos años pasamos por un desierto, vivimos alguna crisis doméstica o financiera. Reduciendo el impacto eterno de Jesús en la Cruz a favor nuestro, por la ley de las obras humanas, que requieren tiempo, esfuerzo y no cambian, ni regeneran a nadie. (1 Cor 1:27-31).
Te animo en este día, a recordar, y a celebrar el misterio de nuestra salvación, que no está fundamentado en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios; así mismo, gracias al testimonio de Juan el bautista, entendemos que descubrir nuestra identidad en Cristo, es un don de Dios. Por tanto, cualquier cosa que podamos creer de Dios, que no incluya a Jesucristo y nos afecte de forma considerable, no es el verdadero Dios; pues Jesucristo es tanto el autor como el consumador de nuestra fe (1 Cor 2:1-5, Col 1:15-20, 2 Cor 4:1-7).
¡Nuevo cta!
Acerca de este Plan
Los días previos a la Pascua constituyen un tiempo en el que anticipamos la victoria de la luz y la vida de Cristo sobre las tinieblas del pecado y de la muerte. También es un tiempo de preparación y reflexión, con el fin de recordar la muerte y resurrección de Jesús, y su impacto sobre nuestras vidas.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net