Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

Pablo se presenta ante el consejo de líderes religiosos para defenderse. Después de ser interrumpido violentamente y de confundir al sumo sacerdote con otra persona, Pablo ve que las cosas no van bien y trata de decidir qué hacer a continuación. Ve que el consejo está dividido en dos sectas religiosas: Saduceos y Fariseos. Los Saduceos no creen en realidades espirituales, como la resurrección o los ángeles, mientras que los Fariseos interpretan la ley de manera más estricta y se apasionan por las realidades espirituales que los Saduceos niegan. Pablo ve la división entre el consejo como una oportunidad para desviar la atención hacia él y comienza a gritar que es un fariseo y está siendo juzgado por la esperanza de la resurrección de los muertos.

Ante esto, estalla un antiguo debate. Al principio parece funcionar y los fariseos incluso comienzan a defender a Pablo. Pero en poco tiempo, la discusión está tan enardecida que la vida de Pablo está nuevamente en peligro. El comandante romano lo aparta de la violencia y lo detiene injustamente. La noche siguiente, Jesús resucitado se para junto a Pablo para animarlo, diciendo que Pablo llevará ciertamente la causa de Jesús a Roma. Así que por la mañana, cuando el sobrino de Pablo lo visita para decirle que más de 40 judíos están conspirando para tenderle una emboscada y matarlo, Pablo tiene una palabra de consuelo mayor que lo respalda. La emboscada no logrará terminar con la misión de Pablo. Vivirá para ver Roma, tal como Jesús dijo que pasaría. Efectivamente, la advertencia llega al comandante a tiempo para interrumpir la conspiración. Pablo fue enviado a Cesarea con más de 400 hombres entrenados para garantizar su llegada segura.