Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

En la siguiente parte de Hechos, Pablo descubre que hay algunos cristianos judíos que afirman que los cristianos no judíos deben hacerse judíos (practicando la circuncisión, el Sabbat y las leyes de la comida kosher) para poder formar parte del movimiento de Jesús. Sin embargo, Pablo y Bernabé no están completamente de acuerdo y llevan el debate a un consejo de líderes en Jerusalén para su resolución. En ese momento, Pedro, Pablo y Jacobo (el hermano de Jesús), hacen énfasis en las Escrituras y sus experiencias para demostrar que el plan de Dios siempre ha sido incluir a todas las naciones. Entonces, el concilio toma una decisión trascendental y aclara que, aunque los cristianos no judíos deben dejar de participar en sacrificios de los templos paganos, no necesitan adoptar una identidad étnicamente judía ni obedecer las leyes rituales y las costumbres de la Torá. Jesús es el Mesías judío, pero también es el Rey resucitado de todas las naciones. Pertenecer al Reino de Dios no se basa en el origen étnico ni en la ley sino simplemente en confiar y obedecer a Jesús.