Enraizado en amor: Viviendo la vida cristiana en plenitudMuestra

 Vengan y Vean 

¿Qué te llevó a la fe cristiana por primera vez?

La historia del llamado de los discípulos, relatada en Juan, está elaborada cuidadosamente. El inicio de este Evangelio es narrado en términos de "días" ("al día siguiente... al día siguiente"). No es cronológico, sino que indica el avance del ministerio de Jesús y la forma en que Juan el Bautista lo señala como el Mesías. El Bautista declara que Jesús es el Cordero de Dios (él ya introdujo esa frase en la sección anterior, en el v29). Este es el lenguaje mesiánico, refiriéndose a las profecías de Isaías, al sacrificio del cordero de Abraham y a las promesas apocalípticas. 'He aquí el Cordero de Dios' llamaría de inmediato la atención de quienes buscaban al Que Vendría. Los discípulos de Juan el Bautista estaban intrigados. La pregunta que Jesús hace, a ellos y a nosotros, es: ¿Qué están buscando? La curiosidad intelectual es a menudo el comienzo en la búsqueda de la fe. Jesús los invita a venir y ver, ellos lo aclaman como Rabí y se unen a Él. Descubrimos que uno de estos discípulos del Bautista, de hecho, es Andrés, quién a su vez invita a su hermano Simón Pedro. La búsqueda intelectual puede llevarnos hasta ahí. Jesús probablemente comenzó a responder sus preguntas sobre qué significaba para Él ser el Mesías, pero aún están en el camino. Les toca a Felipe y Natanael, en la próxima sección del Evangelio, hacer una respuesta un poco más profunda, aunque aún en un nivel superficial ("te vi debajo de la higuera").

Les llevará más caminar, escuchar y ver a Jesús antes que estos hombres realmente abracen el discipulado. Pero está bien, Jesús nos recibe como somos, no en un mundo idealizado de coherencia espiritual. Cuando llegamos al punto donde podemos decir como Andrés: Hemos encontrado al Mesías, ahí es donde el verdadero camino comienza. El Evangelio de Juan lleva a los discípulos por ese viaje, que va desde el interés y la curiosidad intelectual a los siete signos que muestran a Jesús como realmente es: cambiando el agua en vino, sanando, alimentando a 5.000 y finalmente (quizás lo que hizo que su arresto y muerte fuesen inevitables) resucitando a Lázaro. Los discípulos, por su parte, serán probados en su fe, desafiados al discipulado e invitados a una nueva relación basada en el amor. No se convierten en el producto final en el relato del Evangelio, pues Tomás duda, Pedro niega y Judas traiciona a Jesús. También en nuestras vidas seguir a Jesús no es sencillo, porque a veces arruinaremos las cosas y seremos infieles, como los primeros discípulos. Pero la buena noticia es que Él se aferra a nosotros. Dios es fiel aún cuando no tenemos fe y no nos deja. La Cuaresma nos recuerda que, cuando no damos la talla, la confesión el perdón y la restauración nos permiten continuar el viaje.

Preguntas para reflexionar

1. Medita sobre dónde estás en el viaje con Jesús. Cuando fuiste invitado a "venid y ver", ¿qué ocurrió luego?

2. ¿Qué te gustaría que ocurriera a continuación en tu viaje cristiano?

3. ¿Qué quisieras decirle a Dios, a tus amigos de la iglesia, a tu pastor sobre "lo que viene"?