Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

Las ciudades de refugio estaban esparcidas por todo el territorio de Israel cerca de las comunidades, ciudades de Levitas.

Estaban, como su nombre lo dice, para ser un Refugio de aquel que sin dolo le había quitado la vida a alguien, que no tuvieran antecedentes de riñas o discusiones. Estaban para salvar su vida.

En el capítulo se describe las diferentes situaciones para refugiarse en estas ciudades, pero llama la atención el tiempo en que tenían que permanecer ahí. Tenían que permanecer hasta la muerte del sumo sacerdote. Pues si muere, sustituye la suya.

Jesús es nuestro Refugio. Él murió en nuestro lugar en la cruz del calvario. Si nos refugiamos en Él , no tenemos que permanecer en algún lugar, tenemos que caminar en la nueva vida que Él nos ofrece. 

¿Ya estás caminando en Él?

Terminamos Números, mañana continuamos con Deuteronomio.