Antiguo Testamento con Fermín IVEjemplo

El pueblo va de victoria en victoria. No hay muralla de cualquier ciudad que los pueda detener porque van de la mano de Dios. Dice el texto que: Dios los entregó en sus manos. Me hace pensar que el mismo Dios pudo darles la victoria casi 40 años atrás, pero los detuvo la incredulidad. ¿De cuántas victorias nos perdemos por falta de fe?

La destrucción es total: 60 ciudades tomadas con grandes botines. Pero también muchas muertes. En ocasiones he oído decir que Dios es injusto al quitarle la vida a personas inocentes sin razón. 

Para mí, la realidad es otra. Conocer a Dios a través de la Palabra me hace ver que es un Dios misericordioso y paciente. Hasta donde hemos leído hemos visto testimonio tras testimonio de la gracia de Dios al escoger y salvar. Esas ciudades sabían más que nosotros acerca del poder de Dios, teniendo oportunidad de arrepentirse de su idolatría y sus abominaciones, entre las cuales sacrificaban a sus hijos a ídolos y adoraban a sus dioses a través de actos sexuales inmorales.

Hay testimonios de ciudades enteras que Dios salvó al venir en arrepentimiento a Él. Y eso pudo haber pasado en estas ciudades, sólo que amaron más las tinieblas que la luz.

Por cierto, no hay persona inocente. Todos hemos pecado delante de Dios y nuestras vidas le pertenecen porque Él nos creó. Él nos juzgará pero, antes de hacerlo, nos da tiempo para venir a Él en arrepentimiento, mostrándonos su gracia y amor.

Justo antes de comenzar a recapitular la ley a esta nueva generación, Moisés les recuerda que Dios les escogió y se ha mostrado a ellos de maneras sorprendentes; advirtiéndoles acerca de mantenerse leales a Dios. 

Dios es digno de nuestra lealtad, no hay duda.