Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra
Sin duda, el pueblo que Dios escogió es un pueblo especial. Dios le llamó: un pueblo santo.
Santo significa único. Y así es, este pueblo es único, no hay otro como él.
Habían recibido la ley, Dios les habló cara a cara. Si obedecían y seguían las leyes que recibieron, se convertirían en un instrumento de Dios para todas las naciones. Habían sido rescatados de Egipto por Dios; provistos en el desierto y estaban a punto de entrar a la tierra prometida. Eran un pueblo único, santo.
Pero tenían una encomienda muy especial. Tenían que enseñar a sus hijos la ley que habían recibido, la transmisión de padres a hijos era esencial. Tan esencial que tenían que hacerlo al despertar y al acostarse, en el camino y estando en casa; una tarea que era necesario hacer todos los días, las 24 horas del día.
Esta encomienda está en la plegaria más importante para todo judío, en el “shema.” La cual recitan dos veces al día, al iniciar y al terminar el día.
¿Qué es lo que los papás tenían que enseñar a sus hijos? Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Esto es imposible de hacer, hasta que Dios nos dé un nuevo corazón lleno de su Espíritu
Acerca de este Plan
Leamos juntos el Antiguo Testamento y sigamos conociendo y dando a conocer a Jesucristo a través de las Escrituras.
More
Nos gustaría agradecer a Semilla de Mostaza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.semillamexico.com/