Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

Mucha información en estos dos capítulos. Si no habías leído la Palabra de Dios, sé que algunas cosas nunca imaginaste que estarían en la Biblia.

El primer capítulo de hoy trata acerca de un leproso que es sanado, y sobre lo que tenía que hacer para purificarse después de confirmar que ya no tenía la enfermedad. El día de ayer leímos personas con esta enfermedad eran apartadas de sus familias. En ese tiempo, la lepra no tenía cura y era una enfermedad contagiosa. Por esa razón tenían que ser apartados de la comunidad.

Pero lo que leímos hoy eran los ritos para aquel que se curaba. ¿Es una broma? Yo creo que no. Un día llegaría Jesús y sanaría leprosos, los cuales iban a llegar al templo, identificarse y presentar estos ritos. 

¿Te imaginas el susto de tener que usar una porción de la ley que nunca se había usado antes? Éste sería un testimonio muy escandaloso. Entre ellos, se encontraba uno que podía sanar lo incurable, el Cristo. Hay una buena cantidad de simbolismos en este capítulo que no hacen otra cosa sino apuntar hacia el sacrificio de Cristo en la cruz.

El otro capítulo está hablando por un lado de enfermedades de tipo sexual, esta emisión de semen y flujo de sangre anormal les hacía ceremonialmente impuros. Pero cuando terminaba la enfermedad se tenían que purificar. Y una porción habla de esto pero de una manera normal.

La Biblia no ve la sexualidad como algo sucio. En realidad, el sexo dentro del matrimonio es una forma única de conectar con tu cónyuge; muy especial. 

Pero sí estaba tratando de separar la práctica, normal y dentro del matrimonio, del sexo, de la idolatría sexual practicada en adoración a otros dioses. Existían templos con sacerdotisas que se prostituían, y sus ritos ceremoniales incluían el sexo. 

Así que Dios quiere separar esto de toda perversión. La realidad es que Dios nos ha regalado algo hermoso y placentero que compartir con nuestro cónyuge.

Nos vemos mañana! 

Bendiciones!