Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

En el capítulo 26, Dios le recuerda a su pueblo que entre ellos hay un pacto, una relación. Y mientras ellos cumplan su parte del pacto, Dios les bendecirá de manera abundante y maravillosa. Pero si ellos rompen el pacto, actuando en rebeldía, vendría castigo sobre ellos. McGee dice: Disfrutar los dones mientras insultas al dador es egoísta e idolatra. 

Pero Dios, Dios no rompe su parte del pacto. Para él, este pueblo es Su Pueblo y no lo abandonará. Si ellos confiesan sus pecados él ha dejado la puerta abierta para la restauración. No importa cuánto tiempo tarden en regresar, él estará ahí para recibirlos.

El último capítulo se enfoca en cumplir lo que prometes. Cuando uno le hacía un voto a Dios, tenía que cumplirlo y no podía retractarse. Si lo hacía, tenia que pagar su promesa. El sacerdote decidía cuál era el pago necesario para rescatar la promesa. 

Qué importante es cumplir lo que prometemos a Dios. Quizás tu le has hecho muchas promesas a Dios: “si Tú me ayudas, yo voy a servirte.” 

Antes de hacer promesas, piensa muy bien lo que estás haciendo. Es mejor no prometer, que prometer y luego no cumplir. 

Dios promete estar con nosotros siempre, y lo ha cumplido.