Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra
El capítulo 16 es uno de esos capítulos que resaltan en la historia de la redención. Describe un día de mucho significado para el pueblo judío, hasta nuestros días. Se le conoce como “Yom Kippur”, el Día de la Expiación. Y se describe el ritual que se celebraba sólo una vez al año.
En este caso se le pide a Aarón, como el sumo sacerdote, que realice una serie de sacrificios; uno por su persona, y otros por el pueblo de Israel. El propósito de esta celebración está en el significado de la palabra “expiación.” Expiación significa cubrir.
Y eso es precisamente lo que sucedía con la sangre de ese macho cabrío, se rociaba sobre el propiciatorio y cubría lo que contenía el arca, la ley de Moisés. Todo hombre en Israel ha pecado contra la ley de Moisés y ese día tenia la oportunidad de ser cubierto por la sangre de un sustituto.
Hay dos cosas que llaman la atención. La primera es sobre los dos animales que se usaban, uno era para Jehová y el otro era para “Azazel”. La pregunta que surge es: ¿Quién es Azazel? En realidad, nadie. Azazel significa remover o despedir. Y si el animal para Jehová era para cubrir el pecado, el animal para “Azazel” era para remover o despedir el pecado de Israel. La idea era que uno moría y el otro escapaba, llevando lejos el pecado de Israel.
La segunda cosa que llama la atención, es que se le pide a Aarón no entrar “cuando se le ocurra” al lugar santísimo, sino sólo en ese día; el día en que Dios lo invitaba a entrar.
Creo que estas dos cosas las experimentamos todos los que hemos creído en el Señor Jesús. Por un lado, Él murió y nosotros hemos sido salvados. Jesús no sólo ha cubierto el pecado, lo ha quitado. Y cómo con ese animal, nuestros pecados los ha alejado, los ha dejado lejos de nosotros.
Es importante entender que la vida está en la sangre. Por lo tanto es importante respetar la sangre, porque así se respeta la vida.
En el capítulo 18, me gusta ver que Dios protege a los vulnerables. Prohíbe las relaciones sexuales con miembros de tu misma familia. El día de hoy es terrible ver el abuso sexual tan arraigado a nuestra cultura. Movimientos se han levantado para detener esta clase de abuso, deberían de darse cuenta que Dios está desde hace siglos protegiéndolos.
El adulterio ha destruido hogares. Tener múltiples parejas sexuales ha hundido a personas en la desesperanza y los ha dejado vacíos. La homosexualidad es pecado del cual Dios quiere rescatarte y perdonarte. El sexo con animales es una perversión.
Lo que alcanzo a ver a través de este capítulo, a la luz de lo que vivimos hoy como sociedad, es que somos seres rebeldes y siempre queremos satisfacer nuestros deseos a como dé lugar sin importarnos usar a personas que decimos que amamos. Cuando en realidad nos amamos a nosotros mismos y aplastamos al que nos estorbe en este objetivo de satisfacer nuestros propios deseos.
Por último, el sacrificar hijos a otros dioses parece tan alejado a nuestros días, pero no es así. En ese tiempo, generalmente, se sacrificaban aquellos hijos ilegítimos que eran fruto de relaciones sexuales fuera del matrimonio. Se les mataba al nacer, para no hacerse cargo de ellos. Asumen el costo de matar a un ser humano. Hoy se hace antes de nacer, porque tenemos los recursos médicos para hacerlo sin peligro para nosotros. Y lo legalizamos.
Necesitamos de Cristo.
Escrituras
Acerca de este Plan
Leamos juntos el Antiguo Testamento y sigamos conociendo y dando a conocer a Jesucristo a través de las Escrituras.
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