Fieles a la voluntad de DiosMuestra

Comunión en el Espíritu y afinidad en el compromiso de edificación

En el diseño que establece la Escritura, nuestras relaciones en el Espíritu han sido enriquecidas y tengo conciencia y certeza del compromiso que otros tienen como colaboradores de Dios, su testimonio de familia, compromiso con el matrimonio, entrega apasionada al ministerio, edificación en la obra del Señor. Quienes tenemos claro de que somos colaboradores de Dios, que entendemos que no estamos para competir entre nosotros en cuanto a destrezas, o para saber quién lo hace mejor sino sumar con las gracias, hacemos que el cuerpo de Cristo sea edificado y el reino de Cristo sea extendido en todas las naciones y en todos los asuntos de la vida.

Sabemos que la experiencia y la sabiduría, producto de la trayectoria ministerial, la suma a lo largo de los años, toda una experiencia lograda en el trato del Espíritu y también en la formación de vida, nos enriquece poderosamente en las diferentes naciones. A través de todo este esfuerzo en común, somos enriquecidos en Cristo, que la medida del don de Dios que opera en cada uno nos una, y todos lleguemos a ser la expresión de la plenitud de ese cuerpo que contiene la plenitud de Aquel, cuya cabeza es Cristo, el Señor. 

República Dominicana está en el centro del Caribe rodeado de dos influencias, de las cuales ha participado. Esta región del continente ha sido gestora de dos grandes movimientos que, desde dos enfoques diferentes, han marcado a Latinoamérica con efectos que han repercutido en la historia de las naciones durante estos 60 años.

Por un lado, Cuba, donde se inicia un movimiento ideológico que se conoce como la «revolución castrista», que usa la figura emblemática y nostálgica del Che Guevara para vender a la juventud la ilusión de ver a sus países libres del imperialismo, los hace soñar con la panacea de un comunismo socialista igualitario. 

Desde Cuba, se han alimentado las guerrillas de varios países en Centro y Sudamérica, desde donde han surgido líderes, aún presidenciales que en el presente han afectado la vida sociopolítica de Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Perú, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras, y México. Ese movimiento ideológico, ha marcado la vida de Latinoamérica.

Por otro lado, pero curiosamente, al mismo tiempo, desde Puerto Rico, y con el apoyo también de algunos líderes de República Dominicana, durante los últimos 50 años se ha marcado la vida de Latinoamérica, pero no en esa repercusión sociopolítica, sino en el pensar teológico de la iglesia evangélica en el continente.