Aprendiendo a pensar sobrenaturalmente Muestra

“Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. 1 Corintios 2:16b

Cómo apropiarnos de las promesas de Dios

Necesitamos desarrollar la fe que sea capaz de apropiarse de las promesas de Dios. Ahora, nuestra forma natural de pensar es un obstáculo, para desarrollar la fe que arrebate las promesas de Dios. 

Necesitamos desarrollar la clase de fe que nos haga andar en las promesas de Dios, y envisionarnos de los propósitos de Dios para nuestra vida. Cuando creemos a Dios, comenzamos a romper las fortalezas o paradigmas: argumentos, incredulidad, razones de por qué no se puede hacer. Pero para verdaderamente romper esas fortalezas en nuestra mente, necesitamos renovar, ampliar y fortalecer nuestra mente (Romanos 12:2). Necesitamos restaurar nuestra mente, lo cual requiere no conformarnos a la mentalidad del mundo, sino transformarnos por la renovación de nuestra mente.  Se requiere llenar nuestra mente con la palabra de Dios, para que ella trabaje el proceso de renovación.

Ahora, el enemigo va a tratar de impedirlo, y va a tratar de seducirnos con las cosas del mundo, y va a tratar de sembrar fortalezas en nuestra mente; pues a través de estás fortalezas en nuestra mente nos controla. La mente es el campo de batalla espiritual. Ahí es donde el enemigo ataca. Ese ataque prospera dependiendo de con qué hemos llenado nuestra mente. ¿La hemos llenado con la filosofía e ideologías del mundo o con la palabra de Dios?

Necesitamos llenar nuestra mente con la palabra de Dios

¿Qué hay en tu mente? Si tu mente está llena de la cultura del mundo (modas, filosofías, estilos de vida) tu mente será controlada por el enemigo. Pero si tu mente está llena de la palabra de Dios, tu mente se va a renovar. Para ello el creyente requiere estudiar y meditar la palabra de Dios, ya que esta es dada para corregir y transformar la forma de pensar; para desarrollar una mente espiritual: la mente de Cristo. 

La palabra de Dios nos es dada para corregir y transformar nuestra manera de pensar. Al leer Hebreos 4:12-13 lo comprobamos. 2 Timoteo 3:16-17 reafirma esa verdad. Necesitamos dar cabida a la palabra de Dios en nuestra vida, como el ejemplo de Abraham (Génesis 15:6).