Aprendiendo a pensar sobrenaturalmente Muestra

“Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. 1 Corintios 2:16b

Para pensar como piensa Cristo, necesitamos permitir que Dios nos rompa nuestros paradigmas.

Ahora, el problema es que la mayoría de las veces no estamos conscientes de nuestros paradigmas; suelen ser tácitos y están por debajo del nivel de la conciencia. En general son invisibles para nosotros. Además, no hemos cultivado el hábito de cuestionar la validez de nuestros paradigmas. Los asumimos como verdades a priori, dogmas, leyes, por eso rara vez son sometidos a verificación y examen. Simplemente, asumimos que son la verdad, que nuestras creencias obedecen a la realidad y que no necesitan explicación. Son evidentes, son obvios y, por lo tanto, no admiten discusión, ni cuestionamientos. Por eso necesitamos confrontar nuestros paradigmas con los principios y modelos de Dios recogidos en su palabra. 

Romper paradigmas

Lo cierto es que, como creyentes, no podemos avanzar más allá de nuestra forma de pensar. La manera en que pensamos hoy en día es parte del problema. Necesitamos romper los paradigmas del mundo que nos limitan. Nuestros paradigmas nos limitan a un marco de referencia natural. 

Esos paradigmas del mundo actúan como fortalezas, tal como lo expresa 2 Corintios 10:4-5: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. El creyente necesita aprender a llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, como medio de romper su forma de pensar acomodada al mundo. En este proceso Dios no nos deja solos, sino que Él actúa intencionalmente para romper nuestros paradigmas. 

Ilustremos este proceso con la vida de una de los más grandes hombres de fe: Abraham (ver siguiente día).