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Aprendiendo a vivir sin afán

DÍA 5 DE 7

En este pasaje que forma parte del llamado sermón del monte, el cual es considerado el más grande discurso de Jesús, se enfatiza la necesidad de vivir libre de afán. Este sermón nos habla de cómo es el estilo de vida de los ciudadanos del reino de Dios, y una de las cosas que enfatiza en ese estilo de vida es un llamado a vivir sin afán: en paz, con confianza y seguridad.

¿Qué es lo que preocupa a la mayoría de las personas, incluidos los cristianos? 

  • La preocupación por el dinero: el afán por obtener dinero, la preocupación por los bienes terrenales. Jesús entendía esta realidad; por eso, en Mateo 6:24, que sirve de contexto para los versículos siguientes, exhorta a las personas a no tener la fidelidad dividida entre Dios y el dinero. La palabra de Dios dice en Mateo 6:24: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

El cristiano no es más fuerte espiritualmente que su actitud hacia el dinero. Hay una relación directa entre la piedad y el manejo del dinero. Muchas personas no orientan su actividad en función de lo que sería su misión en la vida y, en el caso de los cristianos, su llamado en el Señor, sino en función de obtener dinero. El obtener dinero ocupa un tiempo muy importante en la agenda de muchos creyentes, hasta el punto de llenarlos de afán. El dinero puede traer libertad financiera a nuestra vida y, con ella, libertad en muchas áreas; pero, paradójicamente, puede ser un amo duro y esclavizador.

Por otra parte, cuando el afán por el dinero ocupa la mayor parte de la agenda del creyente, este tiende a volverse codicioso y egoísta. No en balde, la palabra de Dios dice: “Raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10). 

Y aparejada a la preocupación por el dinero está la preocupación por las necesidades que tenemos que cubrir (alimento, vestido, vivienda) y que, muchas veces, por falta de no tener el dinero en el momento preciso, nos afana.

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Acerca de este Plan

Aprendiendo a vivir sin afán

Afán, estrés, ansiedad. ¿Qué le sugieren estas palabras? La persona afanada tiene la mente dividida, como estirada desde diferentes direcciones. Ahora, el afanarse no va a arreglar sus problemas, ni va a resolver o suplir sus necesidades. Por el contrario, los va a agravar, en el sentido de que le va a anular y neutralizar en su capacidad de resolverlos. Lo que necesitamos es descansar de nuestras incertidumbres en Dios.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/