Aprendiendo a vivir sin afánMuestra
La oración es el mejor antídoto para lidiar con las preocupaciones y la ansiedad
La oración representa una oportunidad extraordinaria para centrase, experimentar paz, catarsis y reflexión.
La oración nos concede un tiempo y un lugar en el que podemos llevar delante de Dios nuestras necesidades, dudas, flaquezas, quejas, perplejidades, dolores y tristezas. De ahí el valor terapéutico de la oración.
La oración es la herramienta dada por Dios para lidiar con las preocupaciones de la vida diaria
La palabra de Dios nos exhorta a no afanarnos, sino, por el contrario, nos invita a diluir y contrarrestar el afán a través de la oración para convertirlo en paz: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. La palabra afanoso tiene que ver con inquietarse o preocuparse. En este contexto, preocuparse excesivamente al punto de llenarse de ansiedad. En vez de afanarnos por los problemas y adversidades, la palabra de Dios nos insta a orar exponiendo, delante de Él, nuestras preocupaciones en forma de peticiones. El resultado de esta práctica es experimentar la paz de Dios. La oración se convierte, entonces, en un antídoto contra el afán y la ansiedad que acompaña a este.
La oración permite trasladar el peso y la carga en el alma del creyente al corazón y las manos de Dios. En ese sentido, podemos decir que la oración es terapéutica; una poderosa fuente de paz y gozo. La oración trae gozo y paz al corazón del creyente cristiano, porque conecta a este con la fuente del gozo y la paz: Dios. La oración y la paz están íntimamente vinculadas.
¿Cuántas personas tienen que acudir a un psicólogo o psicoterapeuta para expresar sus flaquezas, dolores y problemas? Los cristianos tenemos al mejor terapeuta a nuestra disposición las 24 horas al día, sin citas previas ni pago. ¡Qué desperdicio no utilizarlo!
¿Con cuánta frecuencia acude usted a Dios en oración para derramar su corazón delante de Él?
Escrituras
Acerca de este Plan
Afán, estrés, ansiedad. ¿Qué le sugieren estas palabras? La persona afanada tiene la mente dividida, como estirada desde diferentes direcciones. Ahora, el afanarse no va a arreglar sus problemas, ni va a resolver o suplir sus necesidades. Por el contrario, los va a agravar, en el sentido de que le va a anular y neutralizar en su capacidad de resolverlos. Lo que necesitamos es descansar de nuestras incertidumbres en Dios.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/