Vive, ama, creceMuestra
Relaciones: nuevos niveles de influencia
Dios ha dado a cada uno una medida de liderazgo. Te lo digo directamente: Dios te ha concedido una esfera de influencia. Lo creas o no, lo sientas o no, te guste o no. Así se trate de una sola persona, hay alguien que observa tu vida y sigue tus pasos. No es cuestión de títulos, es cuestión de la causa a la que has sido invitado(a). No depende tampoco de la función que desempeñas (quizá te da la falsa ilusión de que en ello radica tu “poder” de influir en otros), se trata del Espíritu que opera en ti, en tus relaciones.
Mira la historia de Moisés. Dios lo estaba llevando de “liderar” un rebaño de ovejas, a guiar a todo un pueblo hacia la libertad de su opresor. No dudo que yo habría reaccionado de la misma manera. De hecho, he vivido estas “invitaciones” a nuevos niveles de influencia, y me he sentido temeroso, inseguro e inadecuado; pero también he sentido a Dios decirme: “¿Tienes miedo de fallar? ¿Sientes que esto te supera? ¿Crees que debería llamar a alguien más en tu lugar? Está bien, lo entiendo. Ahora lo que necesitas es saber quién soy yo y confiar en que estoy contigo”.
Quizá hoy día volteas y no crees que hay alguien que te sigue; o quizá la idea de que estás liderando sentir incómodo. Dios no te pide que llegues capacitado, te pide que te dejes capacitar por él. En la gran gama de relaciones, Dios nos da la oportunidad de ser influencia para otras personas. Tu vida es una carta, escrita para ser leída por todos, y a través de ella Dios se está dando a conocer. Lo que me alegra (y alivia) es que esa capacidad de influir, de liderar, de servir no proviene de ti o de mí, sino de Dios mismo (2 Co 3:5). ¿Lo mejor de todo? ¡No conoce límites!
Oración
Mi Dios, gracias por desafiarme a nuevos niveles de relación e influencia. Deseo que la gente pueda leer en mí la carta de gracia, esperanza y poder que has escrito para tu gloria. Quiero seguir creciendo para inspirar a otros a vivir por tu causa. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
¿Cuál podríamos decir que es la meta última de Dios para nosotros? que lleguemos a la plena medida de Cristo. Básicamente, ser más como Jesús y desarrollar el potencial que ha puesto en cada uno de nosotros. ¿Y cómo sucede esto? Claro, en el contexto de las relaciones. En este devocional meditaremos sobre cómo nuestras relaciones nos enseñan, retan y nos acercan al propósito de ser más como Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Mas Vida Mexico por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://masvida.org/