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Amistades gloriosas

Gloria significa ‘honor’, ‘esplendor’ y ‘buena reputación’. La gloria de Dios es la belleza de Su espíritu; una belleza que emana de su carácter, de todo lo que él es. Isaías 43:7 dice que Dios nos creó para su gloria; por eso estoy convencido que el objetivo último de nuestras vidas y, por ende, de nuestras relaciones es: reflejar la gloria de Dios.

En este mismo contexto de las relaciones, he aprendido que el más alto nivel de amistad es posible cuando soy amigo de otra persona que también ama a Jesús y le obedece. Este tipo de amistad tiene el increíble potencial de ser imparable. 

Dicen que conoces a tus verdaderos amigos cuando cometes tus peores errores, cuando atraviesas por las circunstancias más difíciles, o cuando las cosas simplemente no salen bien. La razón por la que una persona es capaz de permanecer a tu lado en tu peor momento, cuando atraviesas el valle, cuando nada parece estar a tu favor, es porque esa persona ama más a Dios que a ti y se ha comprometido a vivir para darle gloria. Necesitamos amigos así.

Como ya lo he dicho anteriormente, Kelly –mi esposa– es mi mejor amiga. De ninguna manera tenemos una amistad perfecta; lo que creo es que hemos logrado cultivar y consolidar lo que yo llamaría: “una amistad gloriosa”, una relación que se basa en el amor de Jesús y busca que él sea glorificado. Aun nos falta mucho por crecer juntos y seguimos fallando una y otra vez, pero la clave es que nos hemos comprometido a que ni ella ni yo estemos en el centro de la relación. No se trata de lo que ella o yo queremos, se trata de lo que Jesús quiere. Los glorioso de nuestra amistad es que ambos queremos hacer la voluntad de Jesús.

Hoy quiero animarte a invertir tu vida en amistades que se propongan reflejar la gloria de Dios. No es fácil, porque se trata de un proceso de vida y a todos nos gusta ver resultados inmediatos. Me acuerdo cuando hace unos años comencé a hacer ejercicio, a los dos días ya quería verme en el espejo con una nueva y gran musculatura (absurdo, lo sé, pero así somos: queremos que las cosas sucedan al instante). Consolidar relaciones gloriosas no sucede de la noche a la mañana, no hay atajos ni caminos fáciles. Pero al invertir tu persona, tu tiempo, tu corazón y tus recursos, al compartir experiencias, perdonar, ser perdonado, negarte a ti mismo y rendirte a la voluntad de Jesús con otros, encontrarás un tesoro invaluable y un gozo pleno. No te canses de obedecer a Jesús y de inspirar otros a hacerlo también. 

Oración

Padre, gracias por el regalo de la amistad. Gracias por mostrarme la clase de relaciones que anhelas para mi vida. Dame la gracia para ser un amigo leal, que te ame a ti por sobre todas las cosas y camine en amistad con otros para darte la gloria. Quiero que mis relaciones apunten siempre a ti. En el nombre de Jesús, amén.