Vive, ama, creceMuestra
Relaciones: juntos somos mejores
Hay un concepto en la teología que es bastante interesante: la providencia de Dios. Se usa para referirse al cuidado, guía y soberanía de Dios para disponer las cosas de acuerdo con su voluntad. Con esto en mente, me encanta la imagen de Dios como alfarero y nuestras vidas como el barro; él guiando situaciones, eventos y circunstancias, formándonos con sus manos. También vemos una afirmación del actuar providencial de Dios en Romanos 8:28, “Dios hace que las cosas cooperen para nuestro bien” (confirmando que la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta), en el cual las relaciones no pueden quedar fuera: Dios “trae” a personas a nuestras vidas, y nos “pone” en las vidas de otros, como un acto de su providencia, para bien.
El pasaje de Eclesiastés 4:9-12 se utiliza mucho en bodas para hablar del vínculo en el matrimonio: “mejores son dos que uno”. Y no podría estar más de acuerdo. Pero, si regresas al versículo 7 observarás que el ejemplo habla de un hombre solitario “sin hijos ni hermanos”. ¿Ves a qué me refiero? Todos caemos, por eso Dios quiere que tengamos a alguien que nos ayude a levantarnos; todos pasamos frío, por eso quiere rodearnos del calor de amistades que nos abracen; todos somos susceptibles a ataques, por eso quiere que contemos con quien cubra nuestras espaldas y nos ayude a vencer.
Dios siempre tiene un plan para todo lo que hace y, con ese plan, tiene un propósito: no es coincidencia que nos haya llamado a formar parte de su cuerpo (1 Co. 12:27). Ahora nos pertenecemos los unos a los otros, nos complementamos los unos a los otros y, bajo Jesús que es la cabeza, juntos somos simplemente mejores.
Oración
Dios, te doy gracias por tu amor providencial. Gracias por cada relación que has acercado a mi vida para animarme, consolarme y llegar a metas más grandes. Ayúdame a ser esa persona para alguien más, para cumplir mi función dentro del maravilloso cuerpo que has formado. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
¿Cuál podríamos decir que es la meta última de Dios para nosotros? que lleguemos a la plena medida de Cristo. Básicamente, ser más como Jesús y desarrollar el potencial que ha puesto en cada uno de nosotros. ¿Y cómo sucede esto? Claro, en el contexto de las relaciones. En este devocional meditaremos sobre cómo nuestras relaciones nos enseñan, retan y nos acercan al propósito de ser más como Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Mas Vida Mexico por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://masvida.org/