El principio de la sabiduría es el temor de Dios Muestra

Beneficios del temor de Dios

a. El temor de Dios mantiene al hombre alejado del pecado y sus dolorosas consecuencias

El temor de Dios es un sistema de alarma. Es como un mecanismo de defensa que nos sensibiliza para alejarnos de situaciones, personas, instituciones y prácticas pecaminosas. El temor de Dios es un seguro que actúa como  previsión y protección contra el pecado y sus terribles consecuencias. 

Sin temor de Dios, la vida del hombre se mueve hacia el pecado y el mal. Sin el temor de Dios es fácil ceder a la tentación, al no tener un sistema de protección espiritual que nos capacite para distinguir el bien del mal. 

El temor de Dios se traduce en la vida del creyente en un aborrecer y apartarse del pecado y del mal (Proverbios 8:13). Cuando el hombre da lugar al temor de Dios en su vida, es como si en él se activara un sistema de alarma que le previene, exhorta y amonesta contra el pecado. El temor de Dios actúa como una influencia que actúa positivamente sobre la conciencia del hombre, confrontándolo constantemente con sus decisiones y comportamientos, alejándolo del pecado y acercándolo a Dios.

b. El temor de Dios se traduce en mayor longevidad. El temor de Dios hace que nuestros días sean alargados (Proverbios 10:27).

c. El temor de Dios es una fuente de paz y seguridad (Proverbios 19:23).

d. El temor de Dios en fuente de confianza y esperanza (Proverbios 14:26).

e. El temor de Dios genera la oportuna respuesta de Dios a nuestras oraciones (Juan 9:31).

El rey Salomón concluyó:  "Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre" (Eclesiastés 12:13).   “Teme a Dios es un llamado que nos pone en nuestro lugar, y todos los demás temores, esperanzas y admiraciones en su lugar.” (Kidner)  “Si esto es el ‘principio de la sabiduría’, también es el final, la conclusión; ningún logro en la vida del creyente es dejado al olvido.” (Eaton). Reverenciar y obedecer a Dios es el todo en el hombre; es la síntesis de lo mejor a que puede aspirar el hombre.