El principio de la sabiduría es el temor de Dios Muestra
El temor de Dios es un temor de errar, temor de descuidar su deber, temor de cometer pecado. Teme las malas compañías, la conversación liviana, y las tendencias cuestionables. Esto no hace desdichado al hombre, sino que le trae felicidad. El centinela vigilante es más feliz que el soldado que se duerme en su puesto. Quien anticipa el mal y huye de él, es más feliz que quien sigue adelante descuidadamente y es destruido. Charles Spurgeon.
El temor de Dios es "la conciencia continua de que nuestro amoroso Padre Celestial observa y evalúa todo lo que pensamos, decimos y hacemos" (Mateo 12:36; Salmo 139:2; Jeremías 12:3). Nada escapa de su atención (radar). Esa conciencia de saber que nada está oculto ante el Dios omnisciente y omnipresente, y que Él aborrece el pecado, se traduce en temor a pecar.
Es temor a desagradar a Dios, temor a pecar, a ofenderle, a fallarle, a herirle. Es temor a defraudarle y perder la comunión con Él. Cuando tenemos el temor de Dios en nuestros corazones hay una pasión por hacer feliz a Dios, por complacerlo. Cuando tememos a Dios, hacemos todo lo posible para agradarlo.
El temor de Dios se traduce en la vida del creyente en un aborrecer y apartarse del pecado y del mal
Dios aborrece el pecado, pero ama al hombre. Dios no es pasivo con el pecado, sino que lo juzga y lo retribuye con justicia. Si tememos a Dios, entonces, terminaremos temiendo cometer pecado y aborreciendo el mal (Proverbios 8:13). Al respecto comenta Floy McClung Jr:” El temor de Dios significa simplemente que amas de tal manera a Dios que odias todo lo que Él odia. Esta clase de odio no es producto de una religiosidad neurótica, ni tampoco es reflejo de nuestra cultura. Nace de estar tan cerca de Dios, tan sintonizado con su carácter, que amamos lo que Él ama y detestamos lo que Él detesta”.
Escrituras
Acerca de este Plan
La fuente principal y el fundamento de la mayor sabiduría a que puede aspirar el hombre es el temor de Dios. Constituye la primera y más importante referencia para adquirir sabiduría. El temor de Dios es diferente al miedo humano. El temor de Dios no es el temor insano que paraliza y debilita. El temor de Dios pertenece a la dimensión espiritual, no es una mera categoría emocional.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/