El principio de la sabiduría es el temor de Dios Muestra
La religión del hombre ha educado a las personas para tener miedo de Dios, y para sentirse en conflicto con Él, como si Dios fuera un viejo gruñón, insensible e implacable, pero ese es un concepto errado. Ese miedo a Dios surge de dogmas religiosos, contrarios a la verdadera espiritualidad. Este tipo de miedo se traduce en angustia, ambigüedad e incertidumbre. Ese no es el verdadero temor de Dios, que, por el contrario, afirma la vida, provee identidad, trae certidumbre y genera esperanza y confianza.
El temor de Dios no es un temor neurótico e insano
No es el temor insano que paraliza y debilita. El miedo o temor es una emoción humana que aparece en situaciones donde nos sentimos amenazados y en peligro. El temor de Dios pertenece a la dimensión espiritual; implica una dinámica diferente. El temor de Dios viene como consecuencia de la relación e influencia de Dios en nuestras vidas. Nace cuando la presencia de Dios se revela a nuestra vida en todo el esplendor de su magnificencia, soberanía, sabiduría, autoridad y poder. ¡Dios es sobrecogedor, incomprensible e inescrutable! Cuando Él se revela a nuestra vida somos sacudidos e impactados por el temor de Dios. En ese momento nos hacemos conscientes de nuestra finitud, fragilidad e insuficiencia; y de la increíble distancia que separa a la criatura del Creador. En ese momento nos hacemos conscientes de la distancia que hay entre un Dios santo y justo, eterno, todopoderoso, omnisciente y omnipresente, y nosotros hombres pecadores e indignos delante de Él.
El temor de Dios es saludable
Muchas personas tienen problemas para comprender y experimentar el temor de Dios, porque lo asimilan al temor neurótico humano. Pero el temor o miedo humano se comporta de manera diferente al temor de Dios. El temor como emoción humana se expresa en desconfianza, pero “en el temor de Dios hay fuerte confianza” (Proverbios 14:26). En el miedo humano hay mucha incertidumbre, pero en el temor de Dios hay certeza de lo que conviene o no hacer. El temor humano puede aprisionar y paralizar, mientras que el temor de Dios es convicción liberadora.
Escrituras
Acerca de este Plan
La fuente principal y el fundamento de la mayor sabiduría a que puede aspirar el hombre es el temor de Dios. Constituye la primera y más importante referencia para adquirir sabiduría. El temor de Dios es diferente al miedo humano. El temor de Dios no es el temor insano que paraliza y debilita. El temor de Dios pertenece a la dimensión espiritual, no es una mera categoría emocional.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/