Principios bíblicos para el manejo saludable de las emocionesMuestra

La oración: La cura bíblica contra la ansiedad 

La palabra de Dios nos exhorta a no afanarnos, sino, por el contrario, nos invita a diluir y contrarrestar el afán a través de la oración para convertirlo en paz: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. 

La palabra afanoso traduce inquietarse o preocuparse. En este contexto preocuparse excesivamente al punto de llenarse de ansiedad. En vez de afanarnos por los problemas y adversidades, la palabra de Dios nos insta a orar, exponiendo delante de Él, nuestras preocupaciones en forma de peticiones. El resultado de esta práctica es experimentar la paz de Dios. La oración se convierte, entonces, en un antídoto contra el afán y la ansiedad.

 La oración permite trasladar el peso y la carga en el alma del creyente al corazón y las manos de Dios. En ese sentido, podemos decir que la oración es terapéutica; una poderosa fuente de paz y gozo. La oración trae gozo y paz al corazón del creyente cristiano, porque conecta a éste con la fuente del gozo y la paz: Dios.

Elementos de la oración que calma el afán y la ansiedad:

• Sincera devoción

Se necesita orar con sincera devoción y reverencia: “…en toda oración y ruego”.

• Acción de gracias

La oración debe ser acompañada de acción de gracias:”…con acción de gracias”. La oración debe ser hecha con actitud de gratitud.

• La oración debe ser definida y específica

San Pablo nos exhorta a que “sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios”, siendo concretas y específicas.