ESPERANZA EN LA FIDELIDAD DE DIOS

Por Maritza Cosano    

"Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa".—Hebreos 10:23 (NVI)

La esperanza es un don especial de nuestra salvación. Según Hebreos 10:23, es una certeza de la promesa de Dios. Si bien podemos "esperar" que nuestros problemas se acaben mañana o que nuestros hijos no derramen sus cereales en la alfombra de la sala (otra vez), debemos recordar que nuestra única esperanza fiable está en lo que no podemos ver ni controlar: la extraordinaria fidelidad de Dios. 

Como la mayoría de las mujeres, mi cerebro está configurado para el pensamiento intuitivo y es bueno controlando cosas. No nos equivoquemos, aunque el ingenio técnico que conlleva nuestro cableado cerebral es impresionante, a veces podemos permitir que se nos enreden muchas cosas. Principalmente, ese deseo central de controlar las cosas. Sí, odio admitirlo, la mayoría de las mujeres no lidiamos bien con esperar lo inesperado. Así que organizamos, planificamos y ejecutamos ese plan... sea lo que sea. 

Algo clave que hay que tener en cuenta es que desde que éramos niñas se nos dieron ciertas responsabilidades, como sostener un bebé (de juguete) en los brazos. Lo acunamos. Lo alimentamos. Lo protegíamos de los demás, especialmente de nuestros hermanos varones, o de los varones en general. ¿Es tan sorprendente entonces que cuando se trata de nuestras circunstancias en la vida, nos cueste poner nuestra esperanza en algo o alguien distinto a nosotras mismas o en quien no podamos ver o confiar? 

Confianza... Ahora, esto me lleva a nuestra segunda cosa clave. Como mujeres, la mayoría de nosotras hemos tenido nuestra cuota de desconfianza en los demás. Ya sea por malas relaciones con el sexo opuesto o con amigos y familiares. Pero, mujeres, aquí es donde necesitamos desenredar nuestros pensamientos y dejar que Dios tome el control. Y eso solo puede ocurrir cuando confiamos en Él con todo nuestro corazón. Sé que la confianza no siempre se da con facilidad. ¡Pero si hay una persona en la que PODEMOS confiar, es Aquel que nos hizo y nos salvó, que envió a Su Hijo por nosotras y nos dio la vida eterna! Y nuestra responsabilidad con Dios como Sus hijas, es estudiar Su carácter para saber sin lugar a dudas, que cualquiera que sea la forma en que Él trate nuestras circunstancias en la vida, es la forma correcta. Incluso cuando las cosas no salen como pensamos o deseamos, podemos mantenernos firmes sabiendo que Él es nuestro Abba Padre, amoroso, omnisciente, increíblemente misericordioso y bondadoso. 

Como seguidoras de Jesús, estamos llamadas a perseverar en diferentes áreas, a aferrarnos a la esperanza cuando la vida se vuelve loca, a seguir adelante, avanzando hacia el día en que Cristo regrese o nos lleve a casa. Mientras tanto, apoyémonos unas a otras como hermanas en Cristo, ofreciendo el amor, el apoyo y la seguridad que cada una de nosotras necesita. 

Tu relación con Jesús es fundamental en tu vida como creyente. Esta semana, te exhorto a que pongas toda tu confianza en el plan de Dios para tu vida, con la expectativa de que Él cumplirá todo lo que ha prometido, aunque todavía no hayas experimentado el cumplimiento. 

Detente, practica y ora: Lee Hebreos 11 y anota lo que Dios te muestra, lo que significa para ti. Y luego, pídele a Dios: "Señor, por favor, aumenta mi fe en Ti".